Así como la oración nos ayuda, podemos ayudar a los demás a través de la oración. Orar por los demás es un ejercicio de amor. Cuando oramos por nuestros hermanos, estamos dejando de lado nuestros propios deseos para fijar nuestra atención en la vida del prójimo.
Eso es amor y a Dios le agrada esa actitud.
¿Y qué cena es ésta donde mi pasión porfía en llevarme? Creo sin duda que es aquella de la cual está escrito: “Bienaventuradas aquellos que a la cena del Cordero…
Simone de Beauvoir escribió que las novelas son cautivadoras al grado de que sus personajes de verdad parecen libres. Aquellas novelas en las que el lector tiene la sensación de…
