NOTICIACRISTIANA.COM.- El discípulo Juan dedicó grandes porciones de sus escritos al tema del amor cristiano. Juan afirma que los creyentes pueden entender el amor genuino al observar el ejemplo de Cristo.

“En esto conocemos el amor, en que él (Jesús) dio su vida por nosotros, y nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero si alguno tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, pero cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:16–18, NVI).

Amar de hecho y de verdad significa demostrar la auténtica calidad de nuestro amor con nuestras acciones, tal como lo hizo Jesús. Pablo comunicó un mensaje similar: “Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, un aroma agradable a Dios” (Efesios 5:2, NTV).

Las acciones valen más que las palabras

No es suficiente simplemente decir con nuestras palabras que nos amamos unos a otros; debemos mostrar o probar la verdad de nuestro amor por nuestras obras. Jesús dijo: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Así como yo los he amado, deben amarse unos a otros” (Juan 13:34, NTV; ver también Juan 15:12; 1 Juan 4:11). Pablo enfatizó la necesidad de que seamos genuinos: “El amor debe ser sincero” (Romanos 12:9).

Santiago brinda una excelente ilustración del amor no sincero y no probado: “Supongamos que un hermano o una hermana no tienen ropa ni alimento diario. Si alguno de vosotros les dice: ‘Id en paz; mantener caliente y bien alimentado, pero no hace nada por sus necesidades físicas, ¿de qué sirve? (Santiago 2:15–16).

Nos encanta dar amor con palabras, cuando solo ofrecemos frases vacías y buenos deseos, y podemos decirle a alguien en necesidad: “Oraré por ti”, cuando lo que necesita escuchar es: “¿Cómo puedo ayudarte?”. El verdadero amor implica tomar medidas para satisfacer las necesidades de los demás.

El amor cuesta

El verdadero amor cristiano exige más que palabras: llama a la acción. Amar de hecho y de verdad a menudo nos costará algo e incluso puede lastimarnos. 

Jesús explicó a sus discípulos: “Si alguno quiere venir conmigo, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:24–25, NVI). Seguir a Jesús significa llevar una vida de abnegación y servicio (Marcos 10:45; véase también Mateo 20:28; Lucas 22:27; Filipenses 2:6–7).

Jesús dijo que la forma más elevada de amor es el sacrificio: “No hay mayor amor que dar la vida por los amigos” (Juan 15:13, NTV). Rara vez, como cristianos, seremos llamados a dar nuestras vidas literalmente. Pero si vamos a amar de hecho y en verdad, tendremos que levantarnos y hacer algo, y eso requerirá nuestro tiempo, dinero u otros recursos.

La naturaleza del amor de Dios es sacrificial (1 Corintios 13:4–8). En Su Palabra, Dios nos da la definición más fina de lo que significa amar de hecho y en verdad: “Porque así amó Dios al mundo: Ha dado a su Hijo unigénito, para que no perezca todo aquel que en él cree, sino que tenga vida eterna. Dios envió a su Hijo al mundo no para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo por medio de él” (Juan 3:16–17, NTV).

Artículo escrito en Got Questions.

Publicado por: NOTICIACRISTIANA.COM.- Agradecemos su fidelidad con nuestro medio de comunicación. Le invitamos a suscribirse al boletín informativo y activar la sección de notificaciones en la portada de nuestra página web.

Post Visitors:9