El Caso de Britney Spears
Britney Jean Spears es una cantante, bailarina, compositora, modelo, actriz, diseñadora de modas y empresaria estadounidense. Comenzó a actuar desde niña, a través de papeles en producciones teatrales y después adquirió fama al participar en el programa de televisión The Mickey Mouse Club. Spears ha ganado numerosos premios y reconocimientos, incluido premios Grammy y Billboard, ha podido vender más de 100 millones de discos en todo el mundo y fue considerada la “Princesa del pop” de los primeros años del siglo XXI. Sin embargo, el talento que la llevó a la cima también la llevó a la ruina pues a pesar de la fama y la fortuna, su vertiginosa vida ha estado lleno de rebeldías, denuncias, alcoholismo, divorcio y una depresión que la misma Britney comparó con la locura. No solo tuvo que soportar la enorme presión mediática, sino que en el mismo día que se separó del padre de sus hijos, perdió la custodia de sus hijos y empezó a tener una mala relación con sus padres quienes parecen haberla manipulado desde niña al desenfreno total.
Sin embargo, parece que hubo un tiempo en que Britney trató de buscar refugio en la religión pues en Newsweek, 2020, dijo, “Crecí Bautista, pero estudié el Cábala. Así que, voy y vengo, pero creo en un Dios.” Pero en 2006 había dicho, “Ya no estudio el Cábala, mi bebé es mi religión.” Y aparentemente se volvió católica en 2021 pues afirmó que, “Ahora soy católica …¡oremos!” Sin embargo, todo esto cambió en 2022 cuando le declaró a su hijo, Jayden, que “Si Dios existiera no hubiera permitido que esto me me pasara. Por tanto, ya no creo en Dios por la forma en que mis hijos y mi familia me han tratado. Ya no hay nada en qué creer. Soy atea.”
Pero para los que conocemos la trágica historia de Britney Spears sabemos que antes de su caída como super estrella no dio un buen testimonio como verdadera cristiana como muchos de sus fans creían que era pues se cansó de su imagen inocente y angelical para realizar situaciones escandalosas como su provocador beso con Madonna. Además de que condujo a muchas jóvenes adolescentes al libertinaje sexual con sus canciones sensuales. Por tanto, las consecuencias de sus malas decisiones (o pecados) no son culpa de Dios pues "todo lo que el hombre siembre, eso también segará." (Gálatas 6:7-9). Cada uno es responsable de sus propias acciones. Sin embargo, el problema más grande de Britney es que en vez de arrepentirse y buscar ayuda de Dios prefiere rechazarlo lo cual solo complica y empeora su estado y situación espiritual.
Además, aunque es cierto que duele ser rechazado por la misma familia se debe recordar que el amor de una familia no puede ser obligado sino que es un acto que uno elige dar libremente. Por eso es importante educar a los hijos en los caminos de Dios para no tener estas malas experiencias en el futuro (cosa que parece que nunca hizo Britney con sus hijos pues estuvo más interesada en su carrera artística que en Dios). Sin embargo, aunque nuestros padres e hijos deciden odiar o abandonarnos la buena noticia es que Dios nos ofrece su amor y fidelidad como su hijo a través de Jesucristo nuestro Salvador (Romanos 8:14-17). No solo somos adoptados en la familia de Dios quien a pesar de que también sufrimos en esta vida como Cristo padeció por nosotros también podemos experimentar la gracia, el gozo y la felicidad tanto en esta y en la otra vida.
Después de todo, que la controvertida tutela (en inglés conservatorship) que surfrió Britney bajo su propio padre abusivo y de la cual sus fans trataron de libertarla haya causado una forma de "ateísmo" psicológico en ella no es nada nuevo (Vea “The Atheist Syndrome” de John P. Koster) pues otros que también sufrieron esta llamada “Herida del Padre” tales como Joseph Stalin, Karl Marx, Adolfo Hitler, Nietzsche, Feuerbach, HG Wells, Madalyn Murray O’Hair, Carlos Darwin, Huxley, Sigmund Freud y otros famosos ateos quienes al igual que Britney Spears también tuvieron padres débiles, crueles o ausentes (“Faith of the Fatherless: The Psychology of Atheism” por Paul C. Vitz, 2nd ed., San Francisco: Ignatius Press, 2013). En cambio, el cristiano que se crió sin una figura paternal o maternal logra superarlo y aprende que “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.” (Salmo 27:10). En otras palabras, Dios es el que nos sostiene.
En fin, ¿qué demuestra el caso de Britney? Demuestra que no todo el que dice ser cristiano realmente lo sea y que muchos son “ateos” solo por resentimiento. También demuestra que no todo el que tiene problemas en su vida tiende a buscar ayuda de Dios pues otros (como Britney) hacen todo lo contrario, se vuelven más rebeldes y terminan viendo a Dios como un mal padre que permite alguna mala o traumática experiencia que tuvieron en su pasado la cual no pudieron superar (Génesis 4:6-8 y Apocalipsis 9:20-21).
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