NOTICIACRISTIANA.COM – En Éxodo 3:1-22, se relata la historia de Dios, hablando a Moisés desde una zarza ardiente, en el monte Horeb. La zarza ardiente según el relato bíblico, es la aparición de Dios, en una forma visible para el hombre. También, este texto indica que el fuego que quemaba la zarza, tenía la forma del ángel del Señor que se le apareció a Moisés.
El Dr. Lucas Márquez, en su estudio del relato en libro de Éxodo, indica que lo novedoso del suceso, era que la zarza ardía y no se consumía. Por lo tanto, afirma que el hecho nos enseña, que todos estamos hechos de un material ordinario, que como zarza cualquier llama nos quemaría. Con la manifestación a Moisés, Dios quiere que entendamos que nos va transformar en algo indestructible, porque el fuego no procedía de la zarza, y luego la zarza y el fuego, se hacen un solo elemento.
“Cada uno de nosotros somos zarzas cuando el Espíritu Santo nos envuelve, comenzamos a arder, y todo lo inexplicable para el mundo ocurre. Sentimos los efectos de ese fuego, ardemos y no nos quemamos. Con la zarza ardiente, comienza el llamado de Moisés. Nosotros cuando ardemos en el Espíritu Santo, desde nuestro interior, Dios nos habla desde nuestro espíritu”, precisa Márquez.
Explica que Dios habló a Moisés desde la zarza, pero debemos tener entendimiento, que a nosotros Dios nos habla desde nuestro espíritu, porque somos esa zarza, que arde pero que no se consume, por las llamas.
Proceso de Transformación
“Los 40 años de Moisés en el desierto, nos enseña que Dios irrumpe en la vida de las personas, cuando creemos que no hay nada novedoso en nuestras vidas. Dios se mueve en espacios vacíos, cuando estamos enfocados en nuestras propias metas, donde no tenemos nada trascendente en agenda. Entonces, Dios aprovecha esos espacios, irrumpe y da origen a los proyectos, más gloriosos de nuestras vidas. El espacio de vacío de Moisés, era cuidar las ovejas en el desierto”.
Lucas Márquez
Agrega que los seres humanos, no vemos cuando Dios se mueve en esos espacios vacíos, porque estamos ocupados en muchas distracciones, por lo tanto, no vemos la zarza que arde.
“No olvidemos que los milagros de Jesús ocurrieron de camino a otro lugar, en espacios vacíos, por ejemplo cuando resucitó a la hija de Jairo. Las mayores interrupciones en tu vida van a suceder en esos espacios vacíos. Las cosas más relevantes en nuestras vidas ocurren camino a la meta, Dios aparece y la meta queda reducida, y te das cuenta de lo que Dios tenía preparado para ti”, resaltó Márquez.
Preparación
Siempre hay un tiempo de preparación y Dios te llama luego que te prepares. Esto se demostró con Moisés, quien fue llamado a liberar al pueblo de Israel, cuando estaba preparado a los 80 años, 40 años más tarde de pasar en el desierto, desaprendiendo todo lo del sistema egipcio.
“La paciencia de Dios es infinita, mayor que la nuestra. Debemos estar en sintonía con el espíritu y paciencia de Dios. La preparación es importante. Hay cosas grandes que Dios hace en cada uno de nosotros, para estar preparados para la tarea, debemos edificar de acuerdo al diseño”, acotó Márquez.
“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”.
Romanos 8:19
Para ampliar el entendimiento del significado de la manifestación de Dios, a través de la zarza ardiente a Moisés, leer: Éxodo 2:23-25; Éxodo 3:7-10; Juan 15:15; 1 Corintios 2:3 y Gálatas 4:1.
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