En la devastada ciudad libia de Derna, la gente ha comenzado a salir a la calle a protestar contra la respuesta de las autoridades locales a las inundaciones que causaron miles de muertes el 11 de septiembre.
El lunes por la tarde, manifestantes corearon consignas contra Aguila Saleh, presidente del Parlamento libio con sede en el este. Además, pidieron compensaciones, y solicitaron que la reconstrucción de la ciudad sea supervisada por grupos internacionales.
Catástrofe anunciada
“Hay mucha ira contra el Parlamento (del este) porque tardó cuatro días en reunirse” y por declaraciones de su presidente, dijo a DW Tarek Megerisi, experto en política del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. La semana pasada, Aguila Saleh afirmó que la inundación fue “obra de Dios” y no se podía culpar a los políticos de lo ocurrido.
Pero diversos reportes fiables confirman que las represas de la zona no habían recibido mantenimiento desde hace años. En 2022, Abdelwanees Ashoor, profesor de Ingeniería Civil, escribió en un periódico Universitario que “en caso de una gran inundación, las consecuencias serían catastróficas para los habitantes del valle y la ciudad”.
Eso fue exactamente lo que ocurrió el 11 de septiembre, cuando lluvias torrenciales hicieron colapsar dos represas en las afueras de Derna. La inundación resultante destruyó una cuarta parte de la ciudad y le costó la vida a cerca de 4.000 personas, según datos de la ONU. Otras 11.000 siguen desaparecidas. Mientras continúa la búsqueda de cuerpos, organizaciones sanitarias advierten ahora del peligro que suponen las minas terrestres desenterradas y la propagación de enfermedades como el cólera.
Dudas en torno al fondo de reconstrucción
El fiscal de la administración del este de Libia abrió una investigación y suspendió al alcalde de Derna, Abdel Moneim al-Gaithi. Sin embargo, observadores no atribuyen mayor significado a este paso, debido al nepotismo imperante. “Al Gaithi es pariente del presidente del Parlamento, Aguila Saleh”, explica Megerisi.
Sami Hamdi, director ejecutivo de The International Interest, una compañía de análisis de riesgo, con sede en Londres, también piensa que “hay pocos indicios de que se rindan cuentas”.
Por lo pronto, el Parlamento del este de Libia resolvió que Aguila Saleh, junto al alcalde suspendido y a Saddam Hafter, hijo del general Jalifa Hafter, se encarguen de un nuevo fondo para la reconstrucción de Derna. Según organizaciones de derechos humanos, fuerzas subordinadas a Saddam Haftar son responsables de un “catálogo de horrores” cometidos contra civiles libios desde 2016.
Además, esos tres hombres ya fueron responsables de otro fondo de reconstrucción. “Estaban a cargo del fondo para reconstruir Derna tras el asedio el general Hafter (…), que acabó matando, desplazando o encarcelando a una cuarta parte de la población de Derna en 2018 y 2019”, afirma Megerisi. Ese fondo se esfumó, agrega.
Observadores temen que haya represión
Con Derna bajo la administración del primer ministro Ossama Hamad, respaldado por el poderoso general Hafter -un hombre conocido por reprimir sin piedad a la disidencia-, los observadores no tienen esperanzas de que las demandas de los manifestantes sean tenidas en cuenta políticamente. Y temen que la gente sea reprimida si sigue protestando.
Mientras tanto, hay reportes que apuntan a la expulsión de reporteros del lugar. El periodista libio Mohammed Elgrj tuiteó el martes que el gobierno había dado orden de “evacuar a los equipos periodísticos de la ciudad de Derna”.
(ers/cp)