NOTICIACRISTIANA.COM – El compromiso generacional es mucho más que una simple responsabilidad de padres a hijos. En un puente vital que une la sabiduría acumulada con las aspiraciones venideras. Es un compromiso activo y consciente para guiar con amor y sabiduría a las futuras generaciones hacia un futuro lleno de esperanza y propósitos.
El pastor Jhon Baldiris, en el seminario organizado por ADME-USA, compartió profundas reflexiones sobre el capítulo 18 del Evangelio de Lucas.
Agrega la importancia de reflexionar sobre el tiempo presente y nuestra responsabilidad como educadores y discípulos en la fe. Desde el verso 15 al 30, emergen enseñanzas que trascienden las épocas y nos invitan a repensar nuestro compromiso con las generaciones venideras.
Baldiris resalta la importancia de instruir a los niños en el camino de Cristo. No es simplemente una sugerencia. Es un mandato que trasciende generaciones, como bien nos recuerda el sabio Salomón en Proverbios 22:6.
Guiar en el camino de la fe
Este versículo religioso nos exhorta a orientar a nuestros hijos en la fe, para que la vivan cotidianamente.
En este sentido, el pastor nos insta a repensar el concepto de «compromiso generacional». ¿Cuál es nuestro compromiso con las nuevas generaciones? ¿Estamos simplemente guiándolos hacia profesiones terrenales, o estamos sembrando en ellos la semilla del Evangelio?
Es crucial entender que instruir al niño en su camino implica llevarlo a Cristo, el verdadero camino.
El texto bíblico nos presenta la imagen de Jesús recibiendo a los niños. El gesto destaca la relevancia de la niñez en el Reino de Dios y la necesidad de tener una actitud infantil para acceder a él.
Ser como niños implica una humildad y una receptividad que a menudo perdemos en la adultez.
Joven rico y Zaqueo
El contraste entre el joven rico y Zaqueo nos muestra dos actitudes frente a la llamada de Jesús. Mientras el joven rico se aferra a sus posesiones terrenales, Zaqueo, al encontrarse con Jesús, experimenta una transformación radical.
Su encuentro con la gracia le lleva a desprenderse de todo lo que tenía, mostrando así una verdadera comprensión del valor del Reino de Dios.
Baldiris nos desafía a reconsiderar nuestro enfoque en la educación religiosa.
¿Estamos formando niños y jóvenes instruidos en la Palabra de Dios, o estamos fomentando una religiosidad superficial? Es necesario trabajar no solo con los niños, sino también con los padres, quienes tienen la responsabilidad primordial de impartir la fe en el hogar.
En conclusión, el tiempo presente nos llama a asumir un compromiso generacional serio y significativo. No se trata simplemente de transmitir conocimientos religiosos, sino de vivir y compartir el Evangelio de Cristo con las generaciones venideras.
Nuestra labor como educadores y discípulos tiene un impacto eterno en las vidas de los que servimos.
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