Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!» Así que ya no eres esclavo sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero. Gálatas 4:6-77
Amado Padre que estás en el cielo, venimos ante ti como tus hijos, deseando tener la seguridad por medio de tu Espíritu, que somos y seguiremos siendo tus hijos. Anhelamos vivir para la gloria de tu nombre, bajo el amparo y la guía del Señor Jesús, con expectación del gran día cuando se cumplirán todas las promesas hechas a nosotros. Fortalécenos, especialmente en los días oscuros y conflictivos. Ayúdanos cuando amenaza el peligro y cuando la maldad intenta avanzar entre nosotros. Líbranos de todo mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.