NOTICIACRISTIANA.COM.- Hedieh creció en Beverly Hills, rodeada de riqueza y opulencia, pero siempre se sintió vacía. Sus padres emigraron de Irán a Estados Unidos en busca del sueño americano. En la universidad, su padre la empujó al Islam y su novio la llevó a una mezquita extrema.

“Era una especie de mezquita extrema”, recuerda Hedieh. “Tenían todos estos principios sobre la política y cómo sería convertir a Estados Unidos en una nación musulmana y muy, muy antisemita. Y pensé: ‘Oh, esto es terrible. No quiero tener nada que ver con esto. Si esto es religión, no quiero tener nada que ver con ella’”.

Rechazada por el extremismo musulmán, se unió al sufismo, una rama mística del Islam. “Es una práctica mística en el Islam que tiene que ver con el amor y la armonía y con encontrar una relación personal con Dios, y pensé: ‘Está bien, esto es perfecto’”.

Lucha en el Islam

Después de estudiar derecho, Hedieh comenzó a trabajar en el FBI contra el extremismo musulmán.

Se casó y tuvo una hija, pero seguía sintiéndose insatisfecha con el Islam, que no le daba seguridad de salvación.

“Era un intento interminable de controlar tus deseos carnales, tu comportamiento en un esfuerzo por acercarte a Dios. Siempre tienes miedo de lo que Él va a hacer para juzgarte, y no se trata de amor en absoluto. Estabas constantemente orando a un dios que no te respondía”.

Después de 22 años, se quitó el cubrecabezas y dejó el Islam, sintiéndose perdida.

“Me dijeron que me iba a colgar del pelo durante una eternidad en el fuego del infierno porque me quité la cubierta de la cabeza. Así que, a pesar de la incertidumbre de que no se me prometiera la salvación, porque había hecho esto para disminuir mi religiosidad externa, dijeron que iba a pasar una eternidad en el fuego del infierno, y eso era inaceptable. Y dejé el Islam. Me sentí perdida. Fue devastador. Sentí que no tenía ninguna orientación debajo de mí”.

Encontrando a Cristo

Un día, vio un video de un pastor cristiano hablando sobre Jesús y decidió orar una oración desesperada, buscando una relación con Dios.

«Estaba de rodillas, en la oración ritual del Islam, con la cabeza en el suelo y llorando, diciendo: ‘¿Puedes revelarte a mí, por favor? Estoy totalmente confundida sobre quién eres’. Y fue en una de esas oraciones en mi dormitorio cuando escuché la voz de Cristo y Él dijo: ‘Hedieh, soy yo’. Y fue algo extraordinario. Hasta el día de hoy puedo contarlo como si hubiera sucedido ayer. Supe a partir de ese momento que nunca volvería a ser la misma».

Hedieh continuó viendo al pastor en línea y comenzó a leer la Biblia. “La Biblia cobró vida como el Corán nunca lo hizo”, dice. Sentía que Dios le hablaba directamente y llegó a aceptar que Jesús es el Señor. Un día, mientras oraba, sintió que el Señor le decía: “Hija, ya no tienes que tener miedo”.

Poco después, fue bautizada en la iglesia que había visto en Internet. Ahora tiene una relación con Dios que nunca pensó posible. “Cuando estoy pasando por un momento difícil, Él me dice: ‘Hija, camina conmigo’. No tengas miedo. Tengo planes para prosperarte y no para hacerte daño, para darte una vida llena de amor y alegría”.

Hedieh comparte su experiencia con la esperanza de alcanzar a otros que anhelan conocer a Dios. “Él ha estado conmigo todo el tiempo”. Reflexiona sobre su pasado y cómo Dios lo ha utilizado para su propósito actual. “No habría sido posible hace 25 años. Estoy para siempre a Sus pies”.

Imágenes extraídas de CBN.

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