El Señor vela por aquellos que lo aman, como fuerte escudo y poderoso apoyo, refugio contra el viento ardiente, sombra para el calor del mediodía, protección contra los tropiezos y ayuda contra las caídas. Eclesiástico 34:16 DHH
Señor Dios Todopoderoso, cuyos ojos velan sobre el mundo entero, venimos ante ti todavía contaminados por el mal que nos rodea. Concede que nuestras vidas estén en tus manos. Danos tu fortaleza para encontrar el camino, incluso en medio del sufrimiento y la angustia. Porque somos tuyos, oh Señor nuestro Dios, y tú has elegido a tu pueblo para que sea fuerte y esté libre de todo mal. Te suplicamos que nos ayudes. Que podamos saber que estás con nosotros y que tu Palabra nos imparte bendición, para la gloria eterna de tu nombre. Amén.