Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. Hebreos 13:8
Gracias, Padre que estás en el cielo, por reunirnos y abrirnos una puerta en la que pueden entrar todos los que sean como niños. Tú abres la puerta a todo aquel que tiene una esperanza inocente y confiada, como la de un niño, en que estás llevando a cabo tu propósito, que, en medio de la ruina y el pecado en la historia del mundo, la vida continúa, la vida de nuestro Señor Jesucristo, vida para todo el mundo. Nadie puede destruir esta vida, que pronto cobrará fuerza hasta que todos los pueblos lo vean, a Cristo Jesús, quien por la salvación de la humanidad es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos. Amén.