El Señor omnipotente me ha concedido tener una lengua instruida, para sostener con mi palabra al fatigado. Todas las mañanas me despierta, y también me despierta el oído, para que escuche como los discípulos. Isaías 50:4
Señor nuestro Dios, te damos gracias por darnos la tarea de servirte en el nombre de tu siervo, Jesucristo, por permitirnos a cada uno participar en la realización de tu voluntad. Haz que nos mantengamos fieles en este servicio. Queremos ser fieles, escucharte siempre, porque tú abres nuestros oídos y nos ayudas a conocer tu voluntad y responder a ella. Sé con nosotros en estos días. Fortalece tu amor y compasión en todos los corazones. Que la vida de Cristo Jesús cobre cada vez mayor poder en todos los pueblos de la tierra. Amén.