Diversos sitios católicos han pegado el grito al cielo con las últimas palabras del Papa Francisco en la llama «tontería» a los intentos por declarar el dogma de la corredención de María.
Estas fueron las palabras del Santo Padre:
««San Bernardo nos dice que cuando hablamos de María nunca es suficiente la alabanza, los títulos de alabanza, pero no tocaban para nada ese humilde discipulado de ella. Discípula Fiel a su Maestro, que es su Hijo, el único Redentor, nunca quiso para sí tomar algo de su Hijo. Jamás se presentó como corredentora. No, discípula. (…) Cuando nos vengan con historias de que había que declararla esto, o hacer este otro dogma o esto, no nos perdamos en tonteras: María es mujer, Nuestra Señora, María es Madre de su Hijo y de la Santa Madre Iglesia jerárquica y María es mestiza, mujer de nuestros pueblos, pero que mestizó a Dios ».
¿Es correcto llamar corredentora a María?
El título «corredentora» para referirse a la Santísima Virgen María no es nuevo en nuestra Iglesia. De hecho, una rápida búsqueda en el sitio web del Vaticano nos recuerda a San Juan Pablo II elogió a Madre de nuestro Señor con dicho título.
«Brígida miró a María como modelo y amparo en los diferentes momentos de su existencia, proclamó con vigor el privilegio divino de su Inmaculada Concepción; y contempló su misión sorprendente de Madre del Salvador. La invocó como Inmaculada, Dolorosa y Corredentora, exaltando su papel singular en la historia de la salvación y en la vida del pueblo cristiano«. San Juan Pablo II, Ángelus del domingo 6 de octubre de 1991.
««Gabriel, que significa "Fortaleza de Dios", es enviado a la Virgen María para anunciarle su vocación a ser corredentora de la humanidad«. San Juan Pablo II, Ángelus del domingo 29 de septiembre de 1985.
«Al deseo del Redentor correspondió generosamente nuestro deseo, con la ayuda de María la Corredentora, a la que nos elevamos con todo el ardor nuestra oración». San Juan Pablo II, Ángelus del domingo de Ramos, 31 de marzo de 1985.
La Corredención de María no la pone al mismo nivel que Jesús
Otro de los títulos más bellos de la Virgen María y que es el título aceptado en toda la Iglesia es el de «Mediadora de todas las gracias».
Probablemente en su momento alguien se rasgó las vestiduras diciendo que Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2, 5) y que por lo tanto es una locura llamar a María mediadora … ¡y de todas las gracias!
Sin embargo, la Iglesia siempre ha enseñado que dicha mediación de María restringe su cooperación en la distribución de la gracia. La mediación de Jesús es sacerdotal, la de María es de cooperación ya que con su sí cooperó para Dios Hijo habite entre nosotros.
Del mismo modo, la corredención de María no quiere decir que ella sea redentora al igual que su Hijo. Su corredención también debe entenderse en el sentido de cooperación ya que gracias a su sí el Redentor de la humanidad vino al mundo.
En latín se entiende mejor
Muchos de los que están en contra de la expresión «corredentora» argumentan que dicho término tracería mucha confusión en la Iglesia.
Este es sin duda un dilema que hay que superar en nuestros idiomas. «Co-propietario» entiende como otro propietario igual al primero. En inglés mi «compañero de trabajo» es otro trabajador que está a mi mismo nivel.
Sin embargo, en latín, la lengua oficial de la Iglesia, el prefijo «co» no significa «igualdad», sino que viene de la palabra «cum» que significa «con». De este modo se entiende que María no es autora de la obra redentora, sino que acompañó y colaboró con su Hijo en dicha obra.
¿Es necesario declarar el dogma de la Corredención de María?
Este tema sigue siendo materia de duda entre los teólogos, incluso entre aquellos que creen en la corredención de la Virgen María.
Creemos firmemente que María es Madre de todos los creyentes, Reina del Cielo y Arca de la Nueva Alianza, sin embargo ninguno de estos títulos existe como dogma oficialmente proclamado.
En la historia de la Iglesia, muchos dogmas fueron declarados como cuentos porque una corriente ideológica ponía en duda una verdad de fe. ¿Estamos llegando a ese punto con la corredención de María?