No es la primera vez en la historia de la Iglesia que se piensa que recibirá la Eucaristía podría significar algún tipo de riesgo de contagio de enfermedades. De hecho, existen pruebas de que en algunas ocasiones se utilizan en ciertos utensilios para distribuir la Comunicación con mucho cuidado. En este artículo te mostraremos tres de ellos.
Nota curiosa: En todos los casos afectados la Comunión se recibe específicamente en la boca. La Comunión en la mano nunca fue una opción. Lo dejo ahí como dato.
1) La Fístula
Antiguamente el Papa comulgaba de una forma muy peculiar. Primero consumía una porción de la Hostia consagrada en el altar y luego se dirigía hacia el trono donde un diacono elevaba el cáliz y del cual el Sumo Pontífice bebía el Vino consagrado usando una fístula (cañita, sorbete, pajilla o como lo llamen en tu país )
Luego, los fieles también tuvieron la posibilidad de recibir el Vino consagrado con una fístula, pero esta práctica permaneció en desuso desde el siglo XIII cuando la Iglesia tuvo que sufrir con consumir el Pan consagrado y no con ambas formas.
Nota importante: La Iglesia enseña que en el Pan consagrado está Cristo con todo su cuerpo, sangre alma y divinidad (No solo su cuerpo). Del mismo modo, en el Vino consagrado está todo Jesús (no solo su sangre).
2) Cuchara litúrgica
Este utensilio encontró alrededor del siglo VIII y también era utilizado para distribuir el Vino consagrado.
Su uso también desapareció cuando la Iglesia decidió distribuir la Comunión solo con la Hostia Consagrada, pero en las Iglesias orientales todavía sobrevive su uso sobretodo para la distribución del viático.
3) Pinzas Eucarísticas
Hubieron muchas pinzas eucarísticas en la historia de la Iglesia. Algunas fueron usadas en las ceremonias litúrgicas más solemnes durante el siglo XIV. Otras se usan para darle la comunicación a los leprosos mientras el sacerdote mantiene una distancia prudente con el enfermo.
Similar uso tuvo una enorme cuchara de metal de al menos 20 pulgadas de largo que servía para distribuir la Hostia consagrada en tiempos de peste.