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La vida de Tim era como cualquier otra hasta que, un día como, no despertó mas. A mediados del 2014, afirma que estaba al comienzo de la facultad de teología. “Realmente lo disfrute. Estaba estudiando la Biblia y a punto de tomar mis exámenes de fin de semestre”, afirmó.
Una tarde estaba durmiendo y su mujer entró en la habitación. “Acababa de acostarme para tomar una siesta. Ella trató de despertarme, pero no pudo”, comento Tim, explicando que su esposa notó su respiración bastante irregular, como alguien a punto de partir de este mundo .
“Él estaba completamente sano, no me pasaba nada. En esa época hasta practicaba boxeo y lucha libre”, señaló. Pero de repente tuvieron que llevar a Tim al hospital de manera inmediata.
Muerte cerebral declarada
“Mi esposa llamó a la ambulancia y me llevaron al hospital, pero ahí mismo me declararon con muerte cerebral”, cuenta.
Los médicos se comunicaron con la familia de Tim para hablar sobre la donación de órganos, ya que las posibilidades de que regresara eran escasas. No hubo más actividad cerebral según el examen electroencefalograma.
El poder de la oración
“Mi esposa hizo lo único que podía hacer en ese momento: Clamó a Dios por mi vida. Nuestra iglesia coreana, en Sydney, Australia, también la apoyó en oraciones, junto con muchas personas alrededor del mundo”, afirmó.
“Al tercer día, mi esposa vio que se me movían los dedos de los pies. Así que abrí los ojos . Ella dice que lo primero que le dije fue que había estado en el cielo y encontré a Cristo”, recordó textualmente.
No obstante, Tim afirma no recordar haber dicho esas palabras. “No recuerdo el cielo o conocer a Jesús. Pero ella confirma que describí todo esto”, continuó.
Luego de eso, Tim comentó que los médicos estaban avergonzados. “Dijeron que no me recuperaría por completo y que tendría problemas del habla o del movimiento. Pero nadie fue capaz de decirme qué había pasado ni por qué”, reflexionó.
“Dios obra sin importar mis sentimientos”, subrayó.
“Creo que Dios quería mostrarme que él trabaja a su manera, sin importar si siento su presencia o no. Él está presente y siempre lo ha estado . Dios obra sin importar mis sentimientos”, resumió.
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De su experiencia, Tim concluyó que Dios está en todas partes, incluso si no lo vemos.
“Job respondió al Señor: Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas ; ninguno de sus planes puede ser frustrado. Tú has preguntado: ‘¿Quién es éste que oscurece mi consejo sin conocimiento?’ Es verdad que hablé de cosas que no entendía, cosas tan maravillosas que no podía saber”, Tim citó Job 42:2,3 al final.
Fuente: Guiame
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