¿Adán fue un homo heidelbergensis?
Aunque el filósofo y apologista cristiano, William Lane Craig, no niega la existencia de Adán y Eva en su libro, “El Adán Histórico: Una exploración bíblica y científica”, página 363 y admite que las genealogías bíblicas demuestran que fueron reales, trata de mezclar la evolución humana con la historia de Adán y Eva por lo que escribe que “es posible identificar a Adán como un miembro del Homo heidelbergensis.”. Sin embargo, este “Adán” de Craig (Homo Heidelbergensis) no puede ser el mismo Adán de la Biblia debido a que difieren en cuanto al lugar de origen (Génesis 2:7-8,21-22 y 1 Corintios 11:8-9), escala de tiempo (Génesis 5, 11; Mateo 19:4 y Marcos 10:6), longevidad (Génesis 5:32), hábitat (Génesis 1:31), anatomía (Génesis 3;16-19), vestimenta (Génesis 3:7), inteligencia (Génesis 2:19-23 y 5:1), dieta y modo de vida (Génesis 1:29-31).
Como también afirma el Dr. Peter J. Leithart, “Pero este no es el Adán de tu abuela fundamentalista. Según Craig, Adán no existió al principio de los tiempos, sino que fue precedido por miles de millones de años y muchas variedades de semihumanos. Adán no se formó del polvo de la tierra ni Eva se construyó a partir de la costilla de Adán; nuestros primeros padres fueron seleccionados de entre los ancestros del Homo sapiens conocidos como Homo heidelbergensis. No vivieron en un idílico paraíso llamado Edén, ni fueron tentados por una serpiente parlante, aunque sí desobedecieron a Dios, se alejaron de él y desataron el pecado y la muerte en el mundo…Algunos teólogos evangélicos niegan por completo la existencia de un Adán histórico, lo que significa que la posición de Craig es moderada. Pero incluso su posición comparativamente moderada tiene consecuencias potencialmente radicales pues no está claro qué parte de la Biblia no es “mito-historia” y es dudoso que el relato minimalista de la creación de Craig pueda alimentar la imaginación evangélica o sostener la ortodoxia cristiana. (Dudas de William Lane Craig sobre el relato de la creación, Peter J. Leithart, escritor, teólogo y presidente del Instituto Theopolis).
Por tanto, estas nuevas reinterpretaciones de Craig de que Adán siempre fue un hombre mortal no solo contradicen la sostenido por la antigua tradición judía, la Patrística (historia eclesiástica) y lo escrito por los líderes de la Reforma Protestante sino que también cae en la herejía pelagiana de los siglos IV y V d.C. Pelagio no solo negaba la doctrina bíblica del pecado original (cosa que también niega Craig y sus seguidores como Raul Jaramillo de Fe “Razonable”), sino que afirmaba que Adán fue creado mortal. Luego esta vieja idea surgió de nuevo durante los días de la Reforma con un movimiento racionalista llamada socinianismo de Lelio Sozzini (llamado Socino) y su sobrino Fausto Socino durante los siglos XV y XVI al igual que en el siglo 18 o 19 con los teólogos liberales de la Alta Crítica quienes también creían que el hombre fue creado mortal. Sin embargo, estos movimientos o sectas religiosas siempre fueron consideradas heréticas por las iglesias mayoritarias y conservadoras. Por tanto, personas como Raúl Jaramillo no solo están repitiendo de manera moderada una vieja herejía que murió hace tiempo, pero revivida por algunos teólogos contemporáneos y neo evangélicos, sino que como dice el científico y apologista cristiano, el Dr. Jonathan Sarfati, también están demostrando que el teísmo evolutivo conduce al pelagianismo.
Entonces ¿dónde queda la macroevolución? En ninguna parte de la tradición judía, ni de la Patrística y mucho menos en la Biblia pues en ninguna parte de Génesis dice que Dios seleccionó a Adán y Eva entre otros homínidos como tampoco enseña que evolucionaron de animales, sino que dice claramente que antes de la Caída ambos fueron creados rectos, sin pecado, inmortales y que el primer hombre fue hecho del polvo de la tierra y Eva de su costado (Génesis 1:31; 2:7; Eclesiastés 7:29; Romanos 5:12 y 1 Corintios 15:20-22). Además, Dios mismo dice repetidas veces que todo se reproduce “según su género” (no según otro género) lo cual es lo que científicamente observamos (Génesis 1:24-31 y 1 Corintios 15:39). Esto es opuesto a la teoría naturalista de la evolución. Sin olvidar que este “Adán” de Craig tampoco puede ser el mismo Adán de la Biblia debido a que difieren en cuanto al lugar de origen (Génesis 2:7-8,21-22 y 1 Corintios 11:8-9), escala de tiempo (Génesis 5, 11; Mateo 19:4 y Marcos 10:6), longevidad (Génesis 5:32), hábitat (Génesis 1:31), anatomía (Génesis 3;16-19), vestimenta (Génesis 3:7), inteligencia (Génesis 2:19-23 y 5:1), dieta y modo de vida (Génesis 1:29-31).
Este viejo mito tampoco es compatible con la verdadera ciencia la cual muestra que hay límites en la genética y que las similitudes entre animales y humanos son prueba de diseño común, no ancestro común. Después de todo, el tiempo no es una varita mágica para convertir microbios en microbiólogos ni peces en pescadores ni ranas en príncipes. Por tanto, tratar de reinterpretar Génesis a la luz de la ciencia secular en vez de la misma Biblia (principio conocido como la analogía de la fe) no es hacer buen exégesis ni hermenéutica bíblica sino eiségesis (introducir en el texto un punto de vista de manera subjetiva y cuya idea no se encuentra allí).
Objeciones:
“Orígenes y Agustín de Hipona interpretaron Génesis 1 y 2 alegóricamente”
A ver, en primer lugar, es cierto que Agustín de Hipona y Orígenes (incluyendo el filósofo judío, Filón de Alejandría y quizás Clemente) sostenían que el sentido interpretativo de la mayor parte de Génesis 1-2 (no del Génesis 1-11) era figurado. Pero posiblemente decían esto porque estaban muy influenciados por la filosofía griega, alejandrina y la hermenéutica origenista las cuales trataron de armonizar o mezclar con las Escrituras. Es interesante ver que muchos cristianos modernistas tratan de hacer lo mismo con la evolución y la Biblia lo cual demuestra que no hay nada nuevo debajo del sol (Eclesiastés 1:9). Segundo, dicho mal argumento apela a una falacia de autoridad o de evidencia incompleta (conocido también como supresión de pruebas o en iglesia, “cherry picking”) puesto que la gran mayoría de los Padres de la Iglesia y otros teólogos antiguos interpretaban Génesis 1 y 2 literalmente. Además, el que Agustín y Orígenes interpretaran Génesis 1 y 2 alegóricamente NO significa que eran evolucionistas o creacionistas progresivos. Al contrario, sus escritos muestran que aun así creían que el primer hombre (Adán) fue creado del polvo, Eva de su costado y que la tierra solo tiene miles y no millones o billones de años lo cual haría imposible la evolución humana y el “Adán” (Homo heidelbergensis) de William Lane Craig.
Orígenes por ejemplo leyó algunas partes de Génesis 1 y 2 como una alegoría o simbólico, pero admitió que “El relato mosaico de la Creación nos enseña que el mundo aún no tiene 10,000 años, sino muchos menos.” (Orígenes, Contra Celso 1,19). Mientras que el teólogo y filósofo cristiano, Agustín de Hipona, también afirmó en sus últimas grandes obras afirma que “Son engañados… por documentos mendaces que pretenden contar la historia de muchos miles de años, mientras que según las Sagradas Escrituras encontramos que no más de 6000 años han pasado.” (Agustín de Hipona, La Ciudad de Dios 12,10). De hecho, hubo hasta un tiempo en que Agustín creyó que el mundo fue hecho en un instante lo cual es una edad más joven de lo que sostienen los creacionistas de Tierra Joven y por ende haría más improbable el mito de la evolución (Susan E. Schreiner, “Creation and Providence,” in The Calvin Handbook, ed. Herman J. Selderhuis, Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2009, p.270).
Pero no solo eso, tanto Orígenes como Agustín tampoco negaban que la creación del mundo material fue creada de manera ex nihilo y que ocurrió durante un periodo de tiempo de seis días literales. Ambos también creían en el pecado original y que Adán fue materialmente creado del polvo y que Eva fue creada materialmente de su costilla y esto a pesar de que interpretaban algunas partes de Génesis 1-2 figurativamente (Orígenes, Homilías sobre Génesis y Éxodo y Contra Celso, 20, 213; Agustín de Hipona, “El Significado Literal de Génesis”, 76-77, 131, 237, Las Retractaciones de Agustín y vea también la consideración de Tomás de Aquino sobre los pensamientos de Agustín de Hipona en “La Producción del Cuerpo del Primer Hombre” en su Suma Teológica (Summa Theologiae 4:266).
Esto demuestra que el hecho de que algún padre de la iglesia haya interpretado erróneamente los días de la creación en lenguaje figurativo eso NO significa que creían en la macroevolución ni que la Tierra tenía miles de millones de años lo cual es una falacia non sequitur (del latín «no se sigue») que cometen muchos creacionistas progresistas y teístas evolutivos. Por tanto, aunque parece ser que hubo una interpretación divergente entre los padres de la iglesia con respecto a los días de la creación, tanto los antiguos judíos, los escritores de La Patrística y los fundadores de la Reforma Protestantes mantuvieron un punto de vista de unidad unánime sobre la edad de la tierra joven y la creación especial de Adán y Eva. Lo mismo se puede decir de la época medieval donde los historiadores y teólogos cristianos como Beda el Venerable, Anselmo de Canterbury, Tomás de Aquino y luego con la Reforma Protestante con Martin Lutero, Juan Calvino, William Tyndale, Erasmo de Róterdam, Casiodoro de Reina, entre muchos otros.
“Pero Romanos 5:12 solo se refiere a la muerte espiritual del hombre y no tiene nada que ver con los animales”
También argumentan que Romanos 5:12 solo indica que el pecado de Adán causó muerte al hombre pero no a los animales y que la muerte era espiritual. Sin embargo, Génesis 3:14-19 y Romanos 8:18-23 indican que fue ambas (física y espiritual) y que la caída de Adán no solo afectó a los humanos sino el resto de la creación lo cual incluye el reino animal. Génesis 3:14-19 es claro cuando dice que la mujer tendrá más dolor al dar a luz, que el hombre se cansará trabajando y que al polvo volverán. Todo eso indica claramente que hubo un cambio en la anatomía de ambos y que por ende el pecado de ambos no solo los afectó espiritualmente sino también corporalmente. Sabemos que Adán no murió al instante cuando pecó, pero sí empezó a morir gradualmente, es decir, perdió su inmortalidad ese mismo día. Una buena analogía para esto es cuando se corta la rama de un árbol la cual no se seca inmediatamente sino con el tiempo. Lo mismo con Adán y Eva cuando pecaron y quedaron separados del Dios viviente. Por tanto, la muerte nunca fue parte de la creación original sino después de la Caída.
“Cuando la Biblia dice que Adán fue creado del polvo eso no significa que realmente ocurrió así. Eso es simbólico y el original hebreo no menciona nada de una costilla.”
La creencia de que Adán fue creado del polvo y Eva de su costado es lo que siempre ha enseñado la religión judeocristiana por más de 2,000 años y ¡ahora estos teólogos modernos quieren decirnos que siempre estuvimos equivocados! Además, si no podemos tomar dichos pasajes literalmente entonces ¿qué significa la expresión de que Adán fue creado del polvo de la tierra?
Algunos teístas evolutivos dicen que se refiere a que Adán y Eva evolucionaron de otros seres vivientes. Sin embargo, ¿cómo interpretan entonces el pasaje que dice “Pues polvo eres, Y al polvo volverás”? ¿Acaso ese “al polvo volverás” se refiere a una clase de involución lo cual no tiene sentido y tampoco es consistente con los demás partes de la Biblia? Sin olvidar que tampoco tiene sentido que Dios le dijera a Adán que iba a volver al polvo por su pecado si antes de la Caída ya hubo millones de muertes. Con respecto a lo de la “costilla” esta ha sido traducido así por eruditos en el hebreo y traductores de la Biblia (como nuestra Reina Valera) a través de la historia. Sin olvidar que tanto los antiguos judíos, los padres de la iglesia de los cuales algunos eran también expertos en las lenguas originales de las Escrituras y los primeros lideres de la Reforma Protestante también mencionan que Eva fue creada del costado de Adán.
“El Génesis no se puede tomar literalmente porque es mito-historia”
Eso no es lo que dicen los antiguos judíos, ni Los Padres de la Iglesia ni los lideres de la Reforma Protestante. En primer lugar, es importante notar que los judíos dividieron sus escritos en tres grupos: históricos, poéticos y proféticos. Génesis lo incluyeron entre los escritos históricos. O sea, aceptaron el relato de la creación y el Diluvio de Noé como histórico. No como una mitología o algo simbólico. Esto coincide también con los estudios que hizo el erudito en el hebreo y con doctorado en estudios conexos, el Dr. Stephen Boyd, quien realizó comparaciones estadísticas, un tipo de verbos de frecuencias, entre texto hebreo histórico y poético y llegó a la conclusión de que el género o estilo literario narrado en Génesis 1-11 es claramente histórico y no poético. El Dr. James Barr (erudito en Hebreo y Profesor Oriel de la Universidad de Oxford) también afirma lo mismo (James Barr, Carta a David C,C, Watson, abril 23, 1984).
Además, el Génesis fue escrito con el propósito no solo de contarnos la verdadera historia del universo sino también para demostrar que los mitos antiguos y paganos eran falsos por lo que no tiene sentido refutar un mito con otro mito. De hecho, hasta el apóstol Pedro dijo que “nosotros no seguimos mitos inventados” (2 Pedro 1:16). Por tanto, aquellos teístas evolutivos que sostienen que el Génesis es un mito no están siendo consistentes con las mismas Escrituras.
Como dice el escritor, pastor y científico cristiano, Antonio Cruz, “No resulta difícil entender por qué los ateos profesan el evolucionismo. Si no se cree en la existencia de Dios, lógicamente hay que pensar que la vida se hizo a si misma mediante las solas leyes naturales. Lo que resulta más difícil de entender, es por qué la evolución, a pesar de sus numerosos inconvenientes técnicos, consiguió atraer tantos creyentes a sus filas y continúa siendo defendido con tanto ardor por algunos cristianos. En realidad, la teoría de Darwin es profundamente naturalista ya que se opone a la necesidad de Dios o a que este tuviera algo que ver con la evolución de los seres vivos. El darwinismo ha jugado un papel fundamental en el ateísmo y la increencia que actualmente sufre el mundo occidental…El teísmo, o la fe en el Dios Creador, es incompatible con el naturalismo o la fe en la naturaleza que se crea a si mismo. Por tanto, el naturalismo teísta es una contradicción en sí mismo. La teoría de la evolución no necesita a Dios, pues precisamente afirma que las causas naturales por sí solas lo han creado todo sin un fin o propósito determinado. Querer introducir a Dios como motor del darwinismo, es algo superfluo y sospechoso, que los auténticos darwinistas jamás han aceptado.” (“La Ciencia ¿encuentra a Dios?”, Antonio Cruz, pastor de dos iglesias evangelicas en Sevillas, profesor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Barcelona y descubridor de numerosas especies de crustáceos isópodos).
“La muerte es bueno pues fue parte de la creación original, el camino para llegar a la otra y el mismo Cordero de Dios fue inmolado desde la fundación de la tierra. Esto demuestra que Dios ya sabía que el hombre caería, y creó un universo en donde fuera posible la muerte, y así no seguir en su estado pecaminoso. Así que no hay nada de malo si los seres vivos morían antes de la caída.”
No me imagino diciéndole a una persona que es bueno que su ser querido haya muerto, sobre todo si nunca conoció a Cristo en vida pues ya sabemos que su destino final no será nada de bueno sino peor. La realidad es que la misma Biblia dice que la muerte no es algo bueno sino todo lo contrario dice que es un enemigo que será destruido. Si morimos es porque es parte de la maldición de la Caída y un castigo por el pecado (desobediencia), no una bendición y Cristo murió por nuestros pecados porque era la única forma de salvarnos (Vea 1 Corintios 15:26; Romanos 6:23; 8:18; Isaías 65:25 y 2 Corintios 4:17).
Además, tampoco tenemos que reconciliar el sufrimiento con un Dios amoroso porque Él no fue la causa del sufrimiento y la muerte sino nosotros mismos. Como Dios omnisciente que está fuera del tiempo ya tenía un plan para redimirnos porque sabía que la Caída iba ocurrir, pero eso no significa que fue la causa o que era su propósito pues conocimiento no es lo mismo que causalidad. Dios no quería la muerte y por eso le advirtió a Adán y Eva sobre esta consecuencia antes de que desobedeciera pues su plan era convivir con el hombre para siempre. Que Dios haya permitido la Caída no significa que fue su causa. Por tanto, la muerte no fue parte de la creación original, ni lo será en la nueva y futura creación de cielo nuevo y tierra nueva (Vea Isaías 11:6-9; 65:25 y Apocalipsis 21:4).
“Pero estas ignorando la cuestión principal, que no es la macro o microevolución, más bien es ¿Por qué un Dios omnipotente no podría haber creado a través de la Evolución?”
Por supuesto que Dios pudo haberlo creado de esa manera a través de miles de millones de años (aunque no tendría sentido) como también pudo haberlo creado en menos de un segundo. Pero no fue así porque la Biblia la cual registra tal historia dice que no fue de esa manera sino en 6 días y ¿por qué los 6 días en Génesis no pueden representar un segundo o millones de años? Dios mismo da la respuesta en Éxodo 20:11 la cual dice, “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.”
En otras palabras, esta respuesta es la base para el cuarto mandamiento y para nuestra semana de siete días donde se ordena a los israelitas a trabajar seis días y descansar en el séptimo. Esta es la razón por la que Dios, deliberadamente, se tomó seis días para crear este principio. Si los 6 días de Génesis representaran millones de años entonces tendríamos una larga semana de trabajo lo cual no tendría sentido. Esto hace imposible la macroevolución lo cual según sus propios defensores se necesita miles de millones de años para que sea posible. Además, Dios mismo dice que todo se reproduce según su género (no según otro género) lo cual es científicamente lo que observamos y opuesto a la macroevolución (Génesis 1:21-25 y 1 Corintios 15:39). Tampoco es compatible con la verdadera ciencia la cual muestra que hay límites en la genética y que las similitudes entre animales y humanos son prueba de diseño común, no ancestro común. Después de todo, el tiempo no es varita mágica para convertir peces en filósofos ni microbios en microbiólogos. En fin, no pongamos palabras o teorías falibles de hombres por encima de la Palabra infalible de Dios.
“Pero para que Adán y Eva pudieran entender el mandato de no comer del árbol de vida o sino morirían en Génesis 2:16-17 tuvieron que haberlo visto antes de la Caída para saber la diferencia entre la vida y la muerte”
La pregunta de que si sabían Adán y Eva lo que era la muerte antes de pecar es como preguntar si sabían lo que era el libre albedrio antes de pecar. La respuesta para ambas preguntas es la misma. Hay una diferencia entre conocer y experimentar. Adán y Eva simplemente no tenían que experimentar la muerte o ver otra persona o animal morir para saber que no debían comer del árbol prohibido. En otras palabras, una persona puede estar correcta (en este caso obedecer y vivir) sin saber la respuesta equivocada (desobedecer y morir). Hay cosas que se pueden saber por experiencia o porque alguien te lo dijo. Por ejemplo, cuando le ordeno a mi pequeña hija a no jugar en la calle porque un carro podria golpearla o que no toque la estufa caliente o se lastimará no tiene que experimentar las consecuencias para poder entenderlo. Solo tiene que obedecer.
Lo mismo con Adán y Eva (Génesis 2:17). El propósito del árbol era darle libre albedrío al hombre (Libertad de obedecer o desobedecer). Adán y Eva lo que necesitaban, más allá de saber o ver, era conocer que Dios les prohibió comer de este árbol. Debieron conocer su voluntad. Lo que necesitaban hacer era obedecer. Así como no necesitaban experimentar el mal para “saber” que estaba mal tampoco necesitaban ver o experimentar la muerte para saber qué es la muerte (Romanos 16:19). Dios dijo “no coman”. Sabían que no debían desobedecerle, pero no fue hasta que desobedecieron que experimentaron el mal y sus consecuencias. Dios por ejemplo sabe lo que es el pecado (sabe del mal) pero no lo conoce en el sentido de que no hace el mal. He ahí la diferencia. Simplemente tenían que obedecer el mandato de no comer del árbol prohibido lo cual conocían tan bien que hasta Eva fue capaz de repetirlo casi palabra por palabra (Génesis 3:1-3 y Génesis 2:17). En fin, la pregunta del teísta evolutivo simplemente ignora que hay una diferencia entre conocer y experimentar.
“El Huerto del Edén nunca fue un lugar literal sino imaginario pues la cuna de la humanidad fue en África.”
Craig asume que la cuna de la humanidad fue en África donde evolucionamos a partir de primates en la África profunda lo que se conoce como nodo L1 (haplogrupo) que habría hecho que tuvieran piel oscura al igual que muchos africanos y que todos los humanos descienden de ellos y se extendieron por todo el mundo. Por ende el paraíso (Huerto del Edén) debe ser mitológico también. Sin embargo, la Biblia no enseña que la humanidad apareció geográficamente en África sino en el Medio Oriente (Génesis 2:8) de donde por cierto vino Jesucristo, el postrer Adán (Ezequiel 43:2; Mateo 2:2 y 24:27). En los versículos del 10 al 14 encontramos más detalles geográficos (una región con sus respectivos límites) donde hay circunstancias sociohistóricas y factores culturales en la vida de la primera pareja humana. Todo esto nos permite llegar a la conclusión de que en el pasado el Edén fue un lugar real y que por ende no se trata de una alegoría. ¿Y cómo son la gente del Medio Oriente? Tienen piel color marrón. ¿Y qué nos dice la Ciencia sobre el color de piel o melanina? Nos enseña que los genes de la piel vienen en dos pares de cada progenitora como las letras del alfabeto (Aa y Bb). A y B mayúscula representan mucha cantidad de melanina en la piel y a y b minúscula representan poca cantidad.
En otras palabras, los negros solo pueden producir más personas de piel negra y los blancos solo pueden producir más personas de piel clara por lo que Adán y Eva tuvieron que haber sido personas de piel café para poder codificar todos los diferentes colores de piel para las personas que vemos en la tierra hoy en día. Por tanto, Adán y Eva no eran personas blancas como los europeos y tampoco negros como los africanos sino con matiz café como la mayoría de los habitantes del Medio Oriente. Como explica el Dr. Tommy Mitchell, “En base a nuestro entendimiento de heredar el tono de piel pues sospechamos fuertemente que Adán y Eva eran de un tono de piel medio café. Esto daría el rango más amplio de tonos de piel en sus hijos, desde muy claros a muy oscuros” (Respuestas en Génesis, ¿Cuántas razas creó Dios? por el Dr. Tommy Mitchell). Así que, hasta la simple genética demuestra que la llamada salida de África es errónea y que el modelo bíblico de la heterocigosidad es cierta.
Además, la idea de que Dios puso al hombre y la mujer en un lugar peligroso, hostil y salvaje donde había muerte, enfermedades, sufrimiento y depredación y por ende podían ser asesinados, violados y devorados no es consistente con la Biblia (Génesis 1:29-31) ni con la naturaleza de un Dios de amor, paz y bondad. Hasta Jesús lloró por la muerte de un amigo y si nosotros no haríamos tal cosa con nuestros hijos ni con nuestras mascotas entonces mucho menos Dios que ama a sus animales y a nosotros más que cualquier padre o madre terrenal (Salmo 27:10; Proverbios 12:10 y Mateo 6:26). La muerte simplemente nunca fue parte de la creación original, ni lo será en la nueva y futura creación de cielo nuevo y tierra nueva (Vea Isaías 11:6-9; 65:25 y Apocalipsis 21:4).
“La paleontología, los pseudogenes rotos y el gran cráneo de los Homo Heidelbergensis demuestran que venimos de una evolución humana y por ende Adán fue un homínido.”
En cuanto a ciencia se refiere, Craig trata de apelar principalmente a “los pseudogenes rotos que compartimos con los chimpancés” (p.348), la paleontología y el tamaño cerebral grande de los Homo Heidelbergensis. Sin embargo, parece que Craig no se ha actualizado con la ciencia moderna pues ya está demostrado que el tamaño del cerebro no equivale ni determina la inteligencia sino su integridad y que los pseudogenes no son trozos inútiles e inservibles, sino que tienen importantes y vitales funciones genéticas (Jeffrey P. Tomkins, 2013, The Human BetaGlobin Pseudogene is Non Variable and Functional, Answers Research Journal 6, 293-301). Por tanto, no sería una ascendencia evolutiva a partir de un antepasado común, sino el hecho de ser necesarios para la vida lo cual reflejaría un diseño común (Kovalenko, T.F. & Patrushev, L.I. 2018, Pseudogenes as Functionally Significant Elements of the Genome, Biochemistry, volume 83, pp. 1332-1349 y Yan-Zi Wen et al, “Pseudogenes are not pseudo any more” RNA Biology 9, January 2012). Lo mismo se puede decir del llamado ADN “basura” con el proyecto de ENCODE.
Además, el hombre Homo heidelbergensis no parece gozar de mucho prestigio entre los propios paleontólogos, algunos de los cuales no los consideran siquiera como una especie válida. Por ejemplo, el biólogo evolucionista español, Francisco J. Ayala escribe: “de acuerdo con Christopher Stringer (1993) un esquema así permite de hecho elimina el taxón Homo heidelbergensis dentro de la cadena evolutiva por ser innecesario.” (Cela Conde, C.J. y Ayala, F.J. 2013, Evolución humana, p.534). La realidad es que la ciencia de la arqueología demuestra que hasta el Homo erectus, H. neanderthalensis y otros H. sapiens antiguos también eran tan inteligentes como el hombre moderno y de la misma especie humana.
Pero que Craig los descarta debido al reducido tamaño cerebral de sus fósiles. Sin embargo, no parece que el peso del cerebro sea un buen indicativo de la inteligencia pues el volumen del cerebro no tendría un vínculo relevante con el Coeficiente Intelectual (Neuroscience and Biobehavioral Reviews). De hecho, el cerebro estudiado del novelista francés Anatole France (1844-1924), Premio Nobel de literatura en 1921, por ejemplo, era pequeño y pesaba poco más de un kilo, y el cerebro del gran científico, Albert Einstein, era más pequeño que el del hombre promedio. Como dice el pastor y biólogo cristiano, Antonio Cruz, en su libro, “Adán y Eva Frente a Darwin”, “A mi modo de ver, los satos que se poseen….Creemos que esto permitiría pensar que los distintos grupos humanos no descendieron de los Australopithecus, o de cualquier otra especie de simio antiguo, sino de una primera pareja creada “de novo” por Dios.”
“Los creacionistas no creen que Adán fue un homínido porque creen que era caucásico.”
Varios problemas con este tipo de “argumento” infantiloide, falaz y deshonesto:
1. No nos basamos en eurocentrismos, ni en pinturas renacentistas o modernas sino en la Biblia y tampoco creemos que el color de piel de Adán era de tez clara. Al contrario, “basado en nuestro entendimiento de heredar el tono de piel, sospechamos fuertemente que Adán y Eva eran de un tono de piel medio café. Esto daría el rango más amplio de tonos de piel en sus hijos, desde muy claros a muy oscuros” (Respuestas en Génesis, ¿Cuántas razas creó Dios? por el Dr. Tommy Mitchell). Por tanto, o no saben de lo que hablan o simplemente apelan a una ridícula falacia de hombre de paja al suponer que como no creemos que Adán y Eva eran homínidos entonces eso significa que creemos que eran blancos y rubios.
2. En cuanto a estética se refiere, no es nuestra intención ofender a estos teístas evolutivos que creen que sus primeros padres eran como los simpáticos pero feítos monitos. Pero creo que nadie puede negar que la forma imaginaria del primate cavernícula semi-encorvado, tosco, rudo, bruto, poco higiénico y como sacado de un cuento de miedo para aterrorizar a niños y mayores no tiene nada de atractivo o cultivador. Ni siquiera cumple con los estándares de belleza de El Hombre vitruviano del gran artista y científico cristiano Leonardo da Vinci o la llamada ‘divina proporción’ o sucesión de Fibonacci. Claro, a menos que estos tipos crean que la belleza es relativa o subjetiva lo cual también sería otra creencia opuesta a la teología y filosofía cristiana.
Además, tanto la Biblia como los primeros apologistas y antiguos teólogos cristianos como Agustín de Hipona, Buenaventura y Tomás de Aquino veían a Dios no solo como el Bien supremo sino también como la Belleza suprema (Salmo 27:4 y Salmo 50:2). Por tanto, siguiendo esa lógica, si Adán y Eva fueron creados directamente por Dios entonces ¿acaso no es razonable pensar que reflejaron y manifestaron alguna semejanza expresiva de la belleza eterna del Creador antes de la caída? ¿Acaso no esperaríamos una gran obra de arte por parte del Gran Diseñador y Artífice quien hizo todo perfecto en el principio hasta que el pecado lo corrompió? Bíblica y filosóficamente hablando, la creación también es una forma de comunicación de Dios a sus criaturas inteligentes para que en la belleza de sus obras conozcan la suma belleza de su sabiduría y bondad (Eclesiastés 3:11 y Salmo 139:14). Sin embargo, no hay evidencia de que los simios tienen alguna apreciación de las cosas bellas sino sólo el hombre y como decía el filósofo cristiano, Agustín de Hipona, “¿de dónde se deriva la noción de la belleza a menos que haya sido “construido” en nuestras mentes y quién lo puso ahí sino Aquel que tiene belleza perfecta e inmutable?”
3. Aunque la Biblia no dice cómo eran las facciones físicas de Adán y Eva podemos estar seguros de que no eran homínidos sino completamente humanos por varias razones. En primer lugar, en ninguna parte de la Biblia afirma que Dios los seleccionó entre otros homínidos, ni los describe de esa manera. Al contrario, en 1 Corintios 15:47, el apóstol Pablo deja claro que Adán fue “el primer hombre” y Eva la “madre de todos los vivientes” (Génesis 3:20). Tampoco dice que evolucionaron de animales, sino que el primer hombre fue hecho del polvo de la tierra y Eva de su costado.
Adán hasta aparece en las genealogías como una figura real e histórica (dudo mucho que los antiguos judíos creían en la existencia de homínidos). De hecho, cuando Adán vio por primera vez a su mujer dijo, “Esta es ahora hueso de mis huesos, Y carne de mi carne. Ella será llamada mujer, Porque del hombre fue tomada” lo cual suena bastante romántico por cierto (Génesis 2:23). Dicho pasaje da entender que Adán quedó muy impresionado con la apariencia de Eva pues el encuentro fue como amor a primera vista. Sin embargo, está difícil pensar que fue un homínido el que dijo estas palabras a otra homínida (no solo por el aspecto simiesco y carácter antiestético) sino porque según el cuento de la evolución los homínidos no hablaban sino que gruñían, tampoco tenían la capacidad intelectual para entender un idioma o lenguaje figurativo y gustaban de enamorar a su amada a fuerza de garrotes, no con algo de poesía. Este tema también me recuerda a un famoso predicador puertorriqueño que decía que Eva estaba tan buena (pues Dios creó todo bueno en gran manera lo cual incluiría a la mujer) que Adán prefirió morir con ella al comer también del fruto prohibido y sabiendo las consecuencias (Génesis 1:31 y 1 Timoteo 2:14).
De hecho, antes del diluvio la Biblia dice que las mujeres eran tan hermosas que muchos teólogos antiguos y modernos (incluyendo el historiador judeo-romano Flavio Josefo) creen que hasta los ángeles caídos las desearon (Génesis 6:1-4). Por tanto, si Eva era “la madre de todos los vivientes” lo cual incluye a todas esas mujeres entonces ¿cómo no podría ser hermosa también? (Génesis 3:20). Bien podría asumirse que la belleza de estas mujeres la heredaron de su madre pues cargaban sus genes. Además, la belleza humana también está ligada y sirve para publicitar la salud y la fertilidad lo cual tiene sentido que Eva tuviera dichas características puesto que se le dio el mandamiento de multiplicarse y llenar la tierra (Génesis 1:28; 3:16 y 1 Timoteo 2:13-15). Después de todo, el cuerpo humano tiene una belleza anatómica que es muy superior y diferente a la de los gorilas y los chimpancés. ¿Por qué? Porque el hombre fue maravillosamente creado a la imagen de Dios y hecho un poco menor que los ángeles (Salmo 139:14), no formado de un proceso evolutivo a la imagen de los simios y tampoco un poco mayor que las bestias (Salmo 8:5 y Génesis 1:27).
4. Hasta el siglo XIX, la creencia de que el hombre venía del mono era totalmente impensada y si nos adentráramos en la historia encontraremos que la religión judeocristiana y la cultura grecolatina (excepto algunos filósofos naturalistas) siempre creyeron que en la creación original el hombre fue hecho en cierto “estado de perfección” pero que fue decayendo de lo perfecto a lo imperfecto, de lo superior a lo inferior y de lo más grande a lo más pequeño. A esto también lo llamaban etapas y edades como la edad de oro, la de plata, la de bronce y por último la de hierro. Basta con recordar el ciclo Troyano del gran Homero o la Teogonía de Hesíodo, o la misma Eneida del inmortal poeta Virgilio en su IV Égloga. Hasta el famoso Platón, en su diálogo inconcluso acerca de La Atlántida, habló de una creación inicial en perfección y el Gran Diluvio que sobrevino por la desobediencia primera.
Por tanto, al igual que la cosmovisión griega, la cosmovisión judeocristiana era que el hombre no solo no venía de un origen simiesco, sino que a medida que se iba yendo hacia atrás en la historia era superior a los hombres modernos y “más hombre” (no medio hombre) por su cercanía con la divinidad creadora. Después de todo, esto es consistente con la segunda ley de la termodinámica pues nada mejora con el tiempo. Al contrario, la humanidad va de mal en peor. Pero ¿hay pruebas que confirman esto? Ciertamente.
Además de la Biblia (evidencia interna) hay otras evidencias (externas) como la ciencia la cual ha demostrado que había más magnetismo, oxígeno y doble presión atmosférica las cuales se ha documentado conducir a una larga vida. Pero no solo eso, el envejecimiento está relacionado también con la genética. Por eso los genetistas (cristianos y no cristianos) están de acuerdo de que también había más ADN, alargamiento del telemere y menos acumulación de mutaciones en el genoma del hombre pasado y que por estas razones tenían más duración de vida (HGMD professional 2021.4 released). A esto se le conoce como El límite de Hayflick. De hecho, existen varias organizaciones y laboratorios (secularistas) especializadas en la genética como Sens Research Foundation, Unity Biotechnology, Ichor Therapentics, The Methuselah Foundation y el Longevity Science Foundation que están tratando de manipular o editar tecnológicamente el ADN para alargar la vida humana por estas mismas razones.
El mismo hecho de que se han encontrado muchos fósiles de animales como arañas, armadillos, ciempiés, escorpiones y tiburones que son el doble del tamaño (o más) que los mismos animales actuales también indican que los hombres antiguos que coexistieron con estos animales también eran más grandes, y que vivían más tiempo que el hombre moderno. A menos que se crea en el uniformismo lo cual es un principio filosófico que contradice las Escrituras y estas evidencias (2 Pedro 3:3-7). Sin olvidar que también tenían mejor aptitud física y alimentación (producto final de glicación avanzada) los cuales también influyen en el aumento de la longevidad. Debido a estas razones es que la duración en la Biblia disminuyó y científicamente es lo que también observamos en los animales (Conservation Genetics, Yordy, 2020).
En cuanto a historia se refiere, hay muchas evidencias arqueológicas y leyendas de culturas antiguas de alrededor del mundo que también hablan de una edad de oro donde la gente vivía más tiempo lo cual es demasiado para ser pura coincidencia. Además, ¿por qué todos inventarían la misma “ridícula” idea? En palabras del prominente historiador judío, Flavio Josefo, “Noé vivió trescientos cincuenta años luego del Diluvio. No dejes que nadie por el solo hecho de comparar la vida de los antiguos con nuestras vidas, y basándonos en los pocos años que vivimos hoy, piense que lo que ellos dijeron era falso. Esos antiguos eran amados por Dios, y hechos por Dios mismo; y sus comidas adecuadas para la prolongación de la vida, así que perfectamente pueden haber vivido un gran número de años.”
William Lane Craig dice que Génesis 1-11 contiene elementos mitológicos que son “fantásticos”, “increíbles”, “extraordinarios” y “probablemente falsos” como la exagerada longevidad de Adán y otros patriarcas.
Sin embargo, la interpretación de Craig no solo es subjetiva (lo cual él mismo admite en su libro más reciente, “En Busqueda del Adán Histórico”, p.43) sino inconsistente ya que clasifica de “fabuloso” o “mitológico” la longevidad de la gente de Génesis 5 y 11 pero no la longevidad de los patriarcas como Abraham (175, Génesis 25:7), Isaac (180, Génesis 35:28) y Jacob (147, Génesis 47:28). Además, ¿hasta qué edad un ser humano tiene que vivir antes de que Craig considere su duración de vida como algo “fantástico” o “increíble”? Craig no da respuestas. Recomendamos el libro de Mario Cely, “Adán y Eva: ¿Mito o Realidad Historica?” quien también refuta este débil argumento falaz de Craig.
Otros apelan a que según el Global Health Observatory (GHO) el promedio de vida humana es más o menos hasta los 70 a 80 años.
Sin embargo, como han habido personas que han desafiado las expectativas y viven más de 100 (como la francesa Jeanne Calment quien vivió hasta los 122 y quien nació en un tiempo (1875) donde la esperanza de vida era unos 43) ahora se estima que lo máximo que un hombre puede vivir es hasta 140. Pero una vida de cientos de años sería una edad inhumana. Acá el problema. Dicha expectativa de vida confirma las Escrituras las cuales declaran que antes el hombre vivía más tiempo (Génesis 5:4 y 6:3) pero que desde los días de Moisés el promedio de vida ha ido declinando y que ahora llega alrededor de los 70 años (Salmo 90:10). Sin embargo, el que nadie en el presente haya podido desafiar tales expectativas no significa que nadie en el pasado pudo vivir más tiempo.
Asumir tal cosa sería caer en una deducción inválida (falacia non sequitir) pues ¿acaso han conocido a toda persona, en todo lugar y en todo tiempo para decir que nadie ha pasado el límite que se propone hoy en día? Además, no entiendo cómo es que para un cristiano sea difícil de creer que en el principio los primeros hombres vivieron largas vidas cuando estas mismas personas creen que van a vivir en el futuro para toda una eternidad. ¿No muestra eso inconsistencia en lo que creen? Después de todo, si Dios creó al hombre para que viviera para siempre (Sabiduría de Salomón 1:13-15; 2:23-24) entonces es lógico pensar que poco después de la caída eran más longevos que el mundo actual. Por tanto, en realidad ningún cristiano cree en la doctrina filosófica del uniformismo (el mundo siempre ha sido igual) lo cual es contrario a las Escrituras (Vea 2 Pedro 3:3-6). A menos que sea un teólogo liberal y antisobrenaturalista de la Alta Crítica.
5. ¿Y dónde quedan los homínidos entonces? En ninguna parte de la Biblia y tampoco en la verdadera ciencia pues la idea de que el ser humano vino de un simio que fue evolucionando hasta llegar a un estadio pre-humano y post-simiesco escapa por completo al método riguroso que supone la observación y reproducción experimental de los fenómenos bajo estudio. En palabras del viejo Chesterton, “Los evolucionistas parecen saber de todo sobre el eslabón perdido excepto el hecho de que sigue perdido.” Pero ¿por qué esto es importante? No solo porque el teísmo evolutivo contradice la Palabra de Dios sino porque muchos ateos creen que la fealdad en el mundo demuestra que Dios no existe, o que es un mal diseñador o no le preocupa su creación. Pero tales personas ignoran la teología básica cristiana de que todo lo que Dios creó era bueno, perfecto y hermoso. Fue el pecado del hombre que hizo que todo se corrompiera, incluyendo la belleza de los seres humanos y el resto de la creación (Génesis 3 y Romanos 8:20-23).
Como explica C.S. Lewis en su Argumento de la belleza natural, “Los anhelos provocados por la belleza terrenal no pueden explicarse por un universo material ciego y mecanicista. Requirieron una causa trascendente fuera de la naturaleza.” En otras palabras, la capacidad del pensamiento racional y la apreciación por la belleza es lo que esperaríamos del hecho de que los humanos son creados a imagen de un Dios que es infinitamente racional, moral, creativo y amante de la belleza. Los animales como los simios no muestran estas características y la evolución no tiene nada que ver con la belleza. Al contrario, la belleza biológica refuta la evolución y apoya el argumento teleológico pues no solo tenemos el conocimiento innato para reconocerla, sino que tampoco puede ser un accidente de la naturaleza sino el resultado de un diseño divino.
En otras palabras, Adán y Eva no son parte de la teoría de la evolución la cual no encaja en el estilo o estructura literaria que se encuentra el Antiguo y el Nuevo Testamento. Lo irónico aquí es saber que algunos de estos administradores trabajan para un ministerio llamado “Fe Razonable en Español” cuando no saben razonar conforme a la fe cristiana y que se hacen llamar filósofos cristianos cuando niegan lo que los primeros filósofos cristianos creían con respecto a la estética de la creación original de Dios lo cual incluye principalmente Adán y Eva. Es como si su fe estuviera más basada en lo que dice su apologista favorito en quien parecen no cuestionar en vez de pensar por sí mismos y a la luz de las Sagradas Escrituras la cual es nuestra autoridad final.
¿Qué piensan los grandes teólogos y apologistas cristianos de la evolución?
“Lo que me inclina a pensar que usted está correcto sobre la evolución como la mentira más central y radical en toda la red de falsedad que ahora gobierna nuestras vidas no es tanto sus argumentos contra ella sino las actititudes fanáticas y torcidas de sus defensores.” – C.S. Lewis, ex-ateo, apologista cristiano, medievalista y escritor británico
“En todo lo declarado en la verdad escritural, la teoría de la evolución está en oposición directa a ella. Si la Palabra de Dios es verdadera, entonces la evolución es una mentira.” (Carlos Spurgeon, conocido como el Príncipe de los Predicadores, en su sermón “Hideous Discovery”, predicado el 25 de julio del 1886).
“[¿Es la evolución compatible con el Dios de la Biblia?] La macro-evolución es una vision filosófica completa…en primer lugar, no. No es compatible con la Biblia. En segundo lugar, no es compatible con la ciencia.” (R.C. Sproul, apologista cristiano, en conferencia, Preguntas y Respuestas, John M. Duncan).
“Los evolucionistas parecen saber de todo sobre el eslabón perdido excepto el hecho de que sigue perdido” – G.K. Chesterton
“Añadiría que el modelo evolutivo dominante es el naturalismo y puro materialismo. Lo que ahora se presenta como teoría de la evolución tiene sus raíces en Darwin y el Darwinismo…y eso descarta cualquier intervención, fuente o creación. Así que, la conclusión es no. La evolución no es compatible con la cristiandad, punto. Cuánto más se entiende el cristianismo y la evolución verás la incompatibilidad.” – Albert Mohler, teólogo histórico, en conferencia, Preguntas y Respuestas, John M. Duncan
“El debate de creación-evolución no trata sobre religión vs ciencia o de Biblia vs ciencia sino de buena ciencia vs mala ciencia. De igual modo, tampoco se trata de fe vs razón sino de fe racional vs fe irracional.” – Norman Geisler, apologista cristiano
“En la mayor parte de mi enseñanza, yo consideraba la hipótesis [creacionismo progresivo] como una posibilidad. Pero ahora he cambiado de opinión. Ahora sostengo una creación de 6 días literales la cual es la cuarta alternativa y tradicional. Génesis dice que Dios creó el universo y todo en ello en 6 períodos de 24 horas. De acuerdo a la hermeneutica de la Reformación Protestante, la primera opción es seguir el sentido normal del texto. Uno tiene que hacer mucho malabarismo hermeneutico para escapar el simple significado de Génesis 1-2.” (R.C. Sproul, Truths We Confess, 2006).
“Los teístas evolutivos no creen en la Palabra de Dios” – John Fullerton MacArthur Jr., pastor, teólogo, comentarista bíblico y autor estadounidense, conocido por su programa de radio de enseñanza cristiana, sindicado internacionalmente
“Muchos cristianos son tentados a creer en billones de años porque confian en lo que los científicos seculares enseñan. Sin embargo, tales cristianos aceptan fácilmente la resurrección de Cristo, el nacimiento virginal, Jesús convirtiendo agua en vino y otros eventos sobrenaturales que son rechazados por científicos seculares. Algunos podrán responder diciendo, “Pero esos son actos milagrosos, los milagros de Jesús van más allá de las leyes naturales. La norma de los procedimientos científicos no los aplica.” ¿Pero no es la creación un evento milagroso también? Dios habló y el mundo fue hecho (Génesis 1:3; Salmo 33:6,9; Lamentaciones 3:37 y Hebreos 11:3). De hecho, la creación es uno de los milagros más grandes que Dios ha hecho por lo que también va más allá de las leyes naturales. Por tanto, si descartamos arbitrariamente la posibilidad de la acción sobrenatural de Dios en Génesis por las teorías naturalistas del hombre como la evolución, entonces para ser lógicamente consistentes, tendríamos que rechazar también los otros milagros de las Escrituras, incluyendo la resurrección de Cristo y la resurrección es ciertamente un “asunto de salvación” (Vea 1 Corintios 15:14,17).” – Jason Lisle, científico y apologista cristiano, Why Genesis Matters
“Si Adán y la Caída no son históricos, entonces Jesús murió por un problema mitológico.” – Dr. Terry Mortenson, teólogo, escritor y PHP en historia de geología
En fin, contradecir la Biblia no es hacer buena apologética cristiana. Génesis no es un mito o mito-historia sino HISTORIA y tales errores de reinterpretación conduce a otros errores como negar el pecado original (herejía pelagianismo) lo cual presenta un evangelio distorsionado e incompleto, el plan original de la creación, la existencia de Adán y Eva o unos que no son los que verdaderamente presenta las Sagradas Escrituras como el “Adán” (homo heidelbergensis) de Craig. Como diría el apóstol Pablo, “Porque si viene alguno predicando a otro Jesús [o Adán] que el que os hemos predicado, …bien lo toleráis;” (2 Corintios 11:4).
Fuentes:
El Libro de las Respuestas de Ham, Sarfati y Weland
15 Razones para considerar al Génesis como historia de Don Batten y Jonathan Sarfati, PH.D.
Scoffers por Simon Turpin
Theistic Evolution: A Scientific, Philosophical, and Theological Critique – J. P. Moreland, Stephen C.Meyer
Searching for Adam, Genesis & The Truth About Man’s Origin de Terry Mortenson, P.H.D.
Adán y Eva: ¿Mito o Realidad Histórica? de Mario Cely
Adán y Eva Frente a Darwin de Antonio Cruz
The Genesis Account: A theological, historical, and scientific commentary on Genesis 1-11 del Dr. Jonathan Sarfati
Understanding Genesis: How to Analyze, Interpret, and Defend Scripture del Dr. Jason Lisle
“Génesis en el tiempo y en el espacio” del gran filósofo cristiano, Francis Schaffer
“El arte creador en San Buenaventura, Fundamentos para una teología de la belleza” por la profesora de teología y doctora en Filosofía, Isabel María León Sanz
Evolution: A Fairy Tale for Grown Ups de Ray Comfort
Los seminarios sobre la creación y los debates del Dr. Kent Hovind las cuales están disponibles en español en Youtube.
Recomendamos la página respuestasengenesis o https://answersingenesis.org/es/
http://www.cristianismoparaateos.com/index.php/2020/02/27/venimos-del-mono-o-de-adan-y-eva/
http://www.cristianismoparaateos.com/index.php/2017/06/29/tenia-adan-y-eva-ombligos/
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