El gobierno de Estados Unidos advirtió este martes a Rusia que el uso de bombas sucias o de cualquier otro tipo de armamento nuclear en Ucrania tendría consecuencias, un hecho que calificaría de “error increíblemente grave“.
El presidente Joe Biden reconoció este martes haber pasado “mucho tiempo” hablando de la posibilidad de que, con sus denuncias sobre los supuestos planes de Ucrania para hacer uso de una bomba sucia, Rusia realmente esté allanando el terreno para un ataque de falsa bandera.
“Permítanme decir que Rusia estaría cometiendo un error increíblemente grave si usara un arma nuclear táctica”, señaló el mandatario estadounidense ante los medios de comunicación.
Biden aclaró que, por el momento, Estados Unidos no está en condiciones de asegurar que sea, o no, una operación de falsa bandera.
El portavoz del Departamento de Defensa, Pat Ryder, afirmó que si Rusia despliega una bomba sucia u otro tipo de arma nuclear en Ucrania “habría consecuencias”.
Esas consecuencias se habrían comunicado a Rusia en una variedad de niveles, tal y como ha detallado Ryder, quien ha asegurado que para el Pentágono las acusaciones sobre que Ucrania está preparando una bomba sucia “son evidentemente falsas”.
Además, anunció que el Departamento de Defensa estadounidense mantiene “medios técnicos sofisticados” para detectar detonaciones nucleares o radiológicas de cualquier tipo.
“Es algo que nos tomamos muy en serio y continuamos monitoreando las 24 horas del día, los 7 días de la semana”, añadió.
El ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, contactó a lo largo del fin de semana con su par estadounidense, Lloyd Austin, y sus principales homólogos en la Unión Europea para alertar de los supuestos planes de Ucrania para usar una bomba sucia.
La principales potencias occidentales han rechazado estas advertencias de Rusia, que han interpretado además como parte de los preparativos para una operación de falsa bandera por parte del Kremlin con la que acusar a Kiev.
Una bomba nuclear sucia, o bomba sucia, como es descrita por los organismos internacionales, es un artefacto explosivo capacitado para dispersar material radiactivo, cuya capacidad destructiva es sensiblemente menor al de un arma nuclear diseñada con este propósito específico pero que, de todas formas, representa una grave amenaza por su carácter contaminante.