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Una de las profecías sobre la llegada del Mashiaj se refiere a la partición de un río en siete partes por donde pasará el pueblo de Israel en el retorno a su tierra con la Redención.
En el libro de Isaías en el capítulo 11, el versículo 15 está escrito: “… Y sacudirá su mano con la fortaleza de su espíritu sobre el río y lo herirá en sus siete brazos…”. Este río mencionado en la Torá es el Éufrates que se encuentra en la Mesopotamia asiática, sobre el cual explica la Cabalá y el Jasidismo que la partición del río es conceptualmente un evento similar en cierta medida a la partición del Iam Suf (Mar Rojo, Mar de los Juncos o Mar del Final) en la salida de Egipto, cuando el mar se abrió en 12 senderos.
La división del mar representa la apertura de la sefirá de Maljut y la conexión entre los mundos de Atzilut y Briá, la reunión del Cielo y la Tierra con la entrega posterior de la Torá en Shavuot, mientras que el suceso del río simboliza la apertura de una revelación Divina superior, la apertura de la sefirá de Biná que traerá la revelación total del conocimiento Divino con la llegada del Mashiaj.
Lo antedicho en las agencias de noticias internacionales JUBAISH, Irak.- A través de los pantanos, de pie sobre la tierra en la que anteriormente flotaban juncos, los recolectores de juncos gritan a los visitantes de un bote que pasa cerca, “ma'aku mai! ”, advierten, levantando sus hoces oxidadas. "No hay agua". El Eufrates se está secando. Ahogado por las políticas acuíferas de los vecinos de Irak, Turquía y Siria, por una sequía de dos años y por años de mal uso por parte de Irak y sus campesinos, el río es extremadamente más pequeño de lo que era hace tan pocos años.
Algunos oficiales se preocupan porque pronto puede llegar a ser la mitad de lo que es ahora. La desaparición del Eufrates, un río que ha sido tan crucial para el nacimiento de la civilización, ha diezmado los sembradíos que se encuentran a lo largo de sus orillas , ha empobrecido a los pescadores y ha reducido los pueblos ribereños a medida que los granjeros han partido hacia las ciudades en busca de trabajo.
Son los pobres quienes más están sufriendo, aunque todos los estratos de la sociedad están sintiendo los efectos: jeques, diplomáticos e incluso miembros del Parlamento que regresan a sus haciendas después de semanas en Bagdad.
A lo largo del río, los campos de arroz y algodón se han convertido en tierra cocida. Los canales se han transformado en cursos de agua poco profundos y los botes pesqueros descansan en tierra seca.
Las bombas que deben alimentar las plantas de tratamiento de agua cuelgan sin punto fijo sobre charcos marrones. La sequía está ampliamente extendida sobre Irak. El área sembrada con algodón y cebada en el norte del país está por debajo del 95% de lo habitual, y las plantaciones de dátiles y cítricos del Este están resecas.
Los últimos dos años las lluvias han estado por debajo de lo normal y han dejado los reservorios secos. Las sequías no son infrecuentes en Iraq, aunque las autoridades dicen que han vuelto aún más frecuentes en los últimos años. Pero ésa no es la única causa del desecamiento del Eufrates.
Finalmente, el ministro de Aguas informó que Turquía duplicó el flujo de agua hacia las Eufrates y así salvó la temporada del algodón de algunas áreas. Aunque Turquía acordó mantener ese flujo o incluso aumentarlo, no hay ningún compromiso que obligue a ese país a cumplir con ello.
Fuente: Noticias Finales
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