NOTICIACRISTIANA.COM.- Cuando preguntas: «¿Creó Dios el infierno?» La respuesta simple y corta es sí. No sé si eso te causa alivio o pena porque sé que la idea del infierno parece incongruente con un Dios amoroso para algunas personas.
Mucha gente se ha preguntado por qué un Dios amoroso enviaría gente buena al infierno. Se necesita mucho para desentrañar esa pregunta, lo cual no puedo hacer aquí (aunque J. Warner Wallace y Joel Beeketiene algunos recursos a continuación que ayudan a responder esa pregunta).
Para entender por qué Dios creó el infierno, debes entender el orgullo que llevó a la rebelión.
Antes de que Satanás se convirtiera en lo que conocemos hoy, solía ser Lucifer, la estrella de la mañana. En su arrogancia y orgullo, deseaba quitar a Dios del trono y sentarse él mismo en él. Su tonto esfuerzo fue motivado por su deseo de ser objeto de adoración. Considere cómo lo registra Isaías.
Debido a esta acción, Dios expulsó del cielo a Satanás y a una tercera parte de los ángeles del cielo. Satanás y sus demonios ahora operan en este reino terrenal, ya que a Satanás se le conoce como el dios de este mundo.
Él y sus demonios saben que se acerca su juicio. Dios creó el infierno como un lugar de juicio final para Satanás y sus ángeles, y un día arrojará a Satanás y a todos sus demonios a ese fuego eterno.
Dios no creó el infierno para los humanos. Desafortunadamente, habrá quienes terminarán allí. En última instancia, la razón es muy similar a la razón por la que Satanás terminó allí. Todo se reduce a creencia, rebelión y señorío.
En Juan 3, Jesús dijo algo que es necesario resaltar, especialmente en relación con el infierno y el juicio.
“El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Este es el veredicto: La luz vino al mundo, pero la gente prefirió las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas”. (Juan 3:18-19).
En este versículo, verás que las mismas semillas que vivieron dentro del corazón de Lucifer antes de ser arrojadas del cielo también viven en los humanos. Muchos eligen vivir según sus deseos y rechazar el Señorío de Jesús.
Dios no envía gente al infierno. La gente va porque elige ir. Algunas personas no son conscientes de la elección que están haciendo. Cuando una persona elige no creer en Jesús y vive según sus propios deseos, el infierno es su elección.
Para algunos, como Lucifer, todo se reduce a no querer permitir que Jesús se siente en el trono de sus vidas. Piensan: “¿Por qué debería Dios sentarse en este lugar? Merezco sentarme allí”.
Después de todo, muchos creen, como escribió el poeta William Ernest Henley , “Soy el dueño de mi destino y el capitán de mi alma”. Quienes siguen este camino no reconocen que tomar esa decisión tiene consecuencias.
Artículo escrito por Clarence Haynes en Christianity.com.
Publicado por: NOTICIACRISTIANA.COM.- Agradecemos su fidelidad con nuestro medio de comunicación. Le invitamos a suscribirse al boletín informativo y activar la sección de notificaciones en la portada de nuestra página web.
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