A medida que la temperatura de la Tierra aumenta constantemente debido a los efectos a largo plazo de la industrialización y el cambio climático, emerge un panorama sombrío.
La última investigación interdisciplinaria realizada por científicos de la Facultad de Salud y Desarrollo Humano de Penn State, la Facultad de Ciencias de la Universidad Purdue y el Instituto Purdue para un Futuro Sostenible, advierte que si las temperaturas globales aumentan 1 grado Celsius o más por encima de los niveles actuales, miles de millones de personas todo el mundo podría enfrentarse a una alarmante crisis sanitaria.
Los humanos tenemos una capacidad intrínseca para soportar combinaciones específicas de calor y humedad. Más allá de cierto punto, nuestro cuerpo ya no puede enfriarse de forma natural, lo que provoca graves problemas de salud como insolación o ataques cardíacos.
El aumento de las temperaturas globales, impulsado por la quema de combustibles fósiles desde los albores de la Revolución Industrial, ya ha resultado en un aumento de aproximadamente 1 grado Celsius o 1.8 grados Fahrenheit desde el inicio de la Revolución Industrial.
Hasta ahora, sólo se han registrado esporádicamente casos de temperaturas y humedad que exceden los límites humanos en regiones como Medio Oriente y el Sudeste Asiático.
El estudio identifica un umbral alarmante para la temperatura ambiente de bulbo húmedo, donde las personas jóvenes y sanas pueden tolerar alrededor de 31 grados Celsius (87,8 grados Fahrenheit) con un 100% de humedad.
La investigación predice que si las temperaturas globales aumentan 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, varias regiones densamente pobladas se verán afectadas negativamente. El valle del río Indo en Pakistán, el oeste de USA, el este de China y el África subsahariana, hogar de miles de millones de personas, soportará anualmente prolongados períodos de calor más allá de la tolerancia humana.
Si las temperaturas globales continúan aumentando hasta 3 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, los efectos adversos no se limitarán a áreas geográficas específicas.
La costa este y el corazón de Estados Unidos, desde Florida hasta Nueva York y desde Houston hasta Chicago, enfrentarán el espectro de un calor y una humedad insoportables.
América del Sur y Australia también se unirán a la lista de regiones que luchan contra el calor extremo. Es importante señalar que en estos modelos no se tienen en cuenta fenómenos meteorológicos imprevistos y sin precedentes, como que Londres alcanzara los 40 grados centígrados en el verano de 2022.
La investigación subraya la necesidad de abordar seriamente los problemas de calor y humedad, especialmente en regiones vulnerables a estas condiciones. Incluso antes de cruzar los umbrales identificados, el estrés por calor y sus consecuencias para la salud son preocupaciones relevantes, particularmente para las poblaciones de mayor edad.
Si bien la situación parece grave, hay esperanza. Las reducciones drásticas de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono procedente de la quema de combustibles fósiles, pueden afectar significativamente la trayectoria del aumento de la temperatura global. En última instancia, el impacto del aumento de las temperaturas trasciende las fronteras nacionales.
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