NOTICIACRISTIANA.COM – Aunque los humanos vivimos experiencias buenas y malas, enfocarnos en Cristo, es la clave para olvidar lo que nos daña y no nos trae paz. La Palabra de Dios nos exhorta que si alguien está en Cristo, él es una nueva creación; las cosas viejas han pasado: he aquí, todas las cosas han llegado a ser nuevas (2 Corintios 5:17). 

El pastor Erick Muñoz, en el programa “Estudio Bíblico en Casa”, analiza la sabiduría de Dios, que el apóstol Pablo, plasmó en el capítulo 3 de la carta de los Filipenses, para ser libre del pasado. En este sentido, señala que Pablo tenía algunas cosas que consideraba como ganancia y las terminó considerando como pérdidas. 

“Pablo enseña, que si se puede olvidar lo que es ganancia y tenerlo como basura. El apóstol aún las buenas experiencias de su vida, las redujo a un nivel inferior, porque tenía una meta más grande, conocer a Cristo. Las malas experiencias de la vida pueden ser desechadas, expulsadas y tenerlas como basura, si se tiene la misma meta de Pablo, conocer a Cristo como Señor y Salvador, conocerle en el poder de su resurrección”, indica Muñoz. (Leer Filipenses 3:4-8)

Por otro lado, precisa que Pablo consideró estiércol todo aquello que para él significó corona, orgullo y vanidad; porque su meta y propósito, es conocer el poder de la resurrección de Cristo. En otras palabras, las cosas terribles o malas experiencias del pasado, pueden ser estiércol que se deben desechar en el nombre de Jesús. 

“Si conocemos a Cristo podemos desechar cualquier experiencia sea buena o mala. Es necesario apasionarnos por conocer a Cristo, para que surja la fuerza para olvidar el pasado, para ser libre de lo que nos hicieron o dolió, y ni siquiera estar encadenado de los triunfos. Enfocarnos en esa meta de conocer a Cristo, es la clave para olvidar el pasado”, acotó el pastor. 

Asimismo, Muñoz indica otros pasos o consejos para lidiar mejor con el pasado y olvidar lo que queda atrás: 

No busques culpables

Es común en nuestra sociedad siempre, achacar la culpa a los demás de nuestra conducta. Es momento de asumir nuestra responsabilidad y no culpar a otros. Es decir, no justificar lo que hacemos de acuerdo a nuestro pasado. Por consiguiente, si seguimos buscando culpables no seremos libres de nuestro pasado.

“Por ejemplo cuando Adán pecó, no asumió sus responsabilidad, buscó un culpable (Eva). Esa no era la actitud que esperaba Dios. Sin embargo, Cristo en lugar de culpar a la iglesia, tomó la culpa, nuestro pecado. Esa es la diferencia entre Adán y Cristo, entre la forma de pensar del mundo y la de Dios”, expresó Muñoz. 

Hay que tener fe en que Dios hará cosas nuevas

Se debe tener la expectativa y la fe que Dios hará algo nuevo sin importar cuánto sufrí en el pasado. Tener esas expectativas de las cosas nuevas que tiene Dios preparado para quienes le aman. Dios nos sorprende con cosas nuevas y grandes, prepara cosas maravillosas. (Leer 2 Corintios 5:17). 

Aprendamos de las lecciones del pasado

Se deben sacar nuestras propias lecciones, aprender para no tropezar con la misma piedra. En otras palabras, tenemos que aprender del pasado, no podemos volver a las mismas cosas del pasado. Tenemos que guardar nuestro corazón, para sacar lecciones y reflexionar que probablemente nos equivocamos por no dejarnos guiar por el Espíritu Santo. 

Agradecemos las bendiciones del pasado

Hay que ser honesto con nuestro pasado, no está lleno solo de maldiciones o malas experiencias, no sólo de fracasos o cosas feas. Nuestro pasado también tiene cosas buenas, pero solo nos enfocamos en las malas, se nos olvidan las buenas. Debemos agradecer no solo quejarse por lo malo que me pasó, sino agradecer por las maravillosas experiencias y grandes bendiciones que acompañaron mi pasado.  

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