NOTICIACRISTIANA.COM.- El aceite de unción es un elemento que aparece recurrentemente en la Biblia, utilizado en ceremonias religiosas y actos simbólicos. Pero, ¿qué dice realmente la Escritura sobre este aceite, y es necesario su uso en la actualidad?
Heather Riggleman amplía a profundidad el tema de la unción en un artículo para página Crosswalk.
El significado de ungir con aceite
Ungir con aceite es una práctica descrita en múltiples pasajes bíblicos. Según la definición, ungir significa consagrar algo o a alguien mediante la aplicación de aceite, dedicándolo al servicio divino. El uso del aceite de unción está documentado en unas veinte ocasiones en la Biblia, incluyendo cinco menciones específicas en el Nuevo Testamento.
Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, Dios instruyó a Moisés a preparar un aceite especial para consagrar el tabernáculo y sus utensilios (Éxodo 30:23-24). Este aceite también se utilizaba para ungir sacerdotes, reyes e incluso profetas, marcando su separación para un propósito sagrado.
Diferentes usos del aceite en la Biblia
El uso del aceite era diverso. En Israel, se ungían las cabezas de los reyes, como se menciona en 1 Samuel 16, cuando el profeta Samuel ungió a David. Asimismo, los profetas y sumos sacerdotes eran ungidos al ser llamados a sus funciones, y objetos del tabernáculo eran ungidos para santificarlos. La receta del aceite de unción, prescrita por Dios, incluía mirra, canela, casia y aceite de oliva. Sin embargo, su uso para propósitos personales estaba estrictamente prohibido (Éxodo 30:32-33).
En el Nuevo Testamento, Jesús enseñó a sus discípulos a ungir a los enfermos mientras oraban por sanidad (Marcos 6:13). Este acto simbolizaba la dedicación de la persona a Dios y la búsqueda de su intervención divina.
¿Tiene el aceite de unción poderes sobrenaturales?
El pasaje de Santiago 5:14-15 ofrece una enseñanza clave sobre la unción con aceite:
«¿Está enfermo alguno de vosotros? Que llamen a los ancianos de la iglesia para que oren por ellos y los unjan con aceite en el nombre del Señor. Y la oración ofrecida con fe sanará al enfermo.»
Este texto no atribuye poderes sobrenaturales al aceite en sí, sino que destaca la importancia de la oración y la fe. La unción es un acto simbólico que representa la consagración a Dios y refuerza la comunión entre los creyentes. La clave reside en la fe de quienes oran y en la obra de Dios, no en las propiedades físicas del aceite.
¿Debemos ungir con aceite hoy?
La Biblia no establece una prohibición contra el uso del aceite de unción, pero tampoco lo considera obligatorio. Los creyentes pueden practicarlo si lo desean, siempre que entiendan que se trata de un símbolo y no de un ritual con poderes intrínsecos. El acto de ungir puede ser un recordatorio de nuestra dependencia de Dios, pero no reemplaza el papel central de la oración y la fe.
Además, en el Nuevo Testamento se enfatiza que los creyentes tienen una unción espiritual a través de Cristo. En 1 Juan 2:20 se menciona: “Vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis la verdad.” Esto señala que la verdadera unción proviene del Espíritu Santo, quien guía y fortalece a los creyentes en su caminar con Dios.
Jesús, el Ungido
En la Biblia, Jesús es presentado como el Ungido por excelencia. Profecías como Isaías 61:1 y su cumplimiento en Lucas 4:18 revelan que Jesús fue ungido por el Espíritu Santo para proclamar buenas nuevas, sanar a los quebrantados de corazón y liberar a los oprimidos.
Los títulos de «Mesías» y «Cristo» también reflejan su posición como el Ungido. Su unción no era con aceite, sino con el poder y la presencia del Espíritu Santo. Esto establece un precedente para los creyentes: la unción espiritual en Cristo supera cualquier práctica ceremonial.
Conclusión
El aceite de unción es un símbolo bíblico significativo, usado para consagrar personas y objetos al servicio de Dios. Su uso en la actualidad es opcional y debe ser entendido como un acto simbólico, no como un requisito. La fe, la oración y la guía del Espíritu Santo son los elementos centrales en la vida cristiana, ya que Jesús, el Ungido, ha provisto todo lo necesario para nuestra relación con Dios.
En resumen, el uso del aceite de unción puede enriquecer nuestra práctica espiritual, siempre y cuando se mantenga en el contexto de fe y no como un ritual obligatorio.
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