NOTICIACRISTIANA.COM.- Dar nalgadas es un pecado cuando se hace con ira. La Biblia dice que no peques en tu ira, en otras palabras, reaccionar desde tu naturaleza pecaminosa va en contra de la voluntad perfecta de Dios para las relaciones amorosas.
Recordemos lo que dice la Biblia: “Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza, mas no se apresure tu alma para destruirlo, Proverbios 19:18.
Existen otras estrategias más que las palmadas respetuosas, porque son igual de efectivas o incluso más útiles para entrenar a un niño.
La mayoría de los padres encuentran más cooperación de sus hijos cuando les dicen qué hacer en lugar de qué no hacer.
Otras alternativas
Está mal cuando avergonzamos a los niños azotándolos frente a los demás; por eso es importante llevarlos suavemente a un espacio donde puedan hablar sobre lo que hicieron mal.
También es importante invitar a nuestros niños a reflexionar sobre sus actos, y qué deben hacer de manera diferente la próxima vez.
Los padres deben animar a sus hijos a intentarlo de nuevo ayudándoles a idear un plan. Oren juntos, abrácense y disfruten el resto del día juntos.
Los padres siempre seremos guías de nuestros hijos, así que darle más importancia a los azotes en lugar del aprendizaje que puedan tener los chichos sobre su mal comportamiento es bastante equivocado.
Por otro lado, los bebés nunca deben ser azotados, ya que no tienen la edad suficiente para comprender el razonamiento detrás de ello. Necesitan redirección, atención y cuidado de los padres. Todavía no distinguen el bien del mal, y las nalgadas serán un shock. Esta etapa de la vida es un momento para generar confianza y azotarlos solo los confundirá.
Enseñar con amor
No haga enojar a su hijo quitándole su amor cuando hace algo malo. Muéstrales que crees en ellos y que ves bondad en su corazón, que es un regalo de Dios. Asegúrese de que su hijo conozca sus expectativas, y no debe recibir nalgadas si no las conoce.
Los azotes que son demasiado fuertes o demasiados, exasperarán al niño, así como la disciplina inconsistente o cuando se castiga a un hijo, pero no al otro por la misma ofensa.
Los niños necesitan ser reconocidos por esforzarse, trabajar duro y hacer lo correcto. Es molesto y desalentador que los niños solo reciban atención cuando hacen algo mal.
Los niños cambiarán a través de la supervisión adecuada, reglas apropiadas para el desarrollo y disciplina respetuosa.
Un niño que es impulsivo necesita más crecimiento en el autocontrol. Una nalgada típicamente no ayudará a un niño impulsivo.
Los cristianos deben tener conocimiento y comprensión sobre el bienestar emocional, social y espiritual de las necesidades de los niños.
Como cristianos, debemos mirar las batallas que enfrentan nuestros hijos hoy. Necesitan más de nosotros que una palmada en la mano.
Los corazones de los niños están rotos, confundidos, abandonados, y nuestra cultura es muy imprudente al preocuparse por lo que anuncian a los niños.
Dios nos ha llamado a amar, a “Ser completamente humildes y mansos; sed pacientes, soportándoos unos a otros en amor” (Efesios 4:2). Lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos es educarlos en el amor amándolos y mostrando amor a los demás.
Artículo escrito por Lisa Brown en Crosswalk.
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