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Una familia musulmana del Medio Oriente se aferro la fe en Jesucristo luego de presenciar un gran milagro de sanidad de su madre muy enferma.

El testimoniofue de un familiar que prefirió ser identificado como Fadila, nombre ficticio por seguridad. Su madre enfermó y su salud era cada día peor. La familia consultó a muchos médicos, pero ninguno pudo diagnosticar la causa de su enfermedad. Ella sufrió un derrame cerebral y estaba postrada en cama.

Un día, uno de sus hermanos llevó a dos hombres a su casa. Su hermano dijo que eran “hombres de Dios” que tenían “dones de sanidad”. “Si oran por nuestra madre, ella puede ser sanada”, dijo su hermano.

Sus hermanos estuvieron de acuerdo con la idea. “Un hombre oró. Me sentí incómodo porque era diferente a la oración musulmana”, dijo Fadila. “Estaba usando el nombre de Jesús en sus oraciones. En el nombre de Jesús oró para sanar a mi madre”.

Al descubrir que eran pastores, su madre se enojó y les pidió que se fueran. Sin embargo, algo sucedió que la hizo cambiar de opinión.

Para su sorpresa, su madre, que antes no podía moverse, intentaba levantarse de la cama. “La ayudamos y se sentó. Luego se puso de pie”, dijo Fadila.

Su madre relató que mientras el pastor oraba, pudo ver a Jesucristo tocando su cuerpo, con las manos llenas de cicatrices. Al mismo tiempo, una luz la cubrió y sintió su completa curación. “Le pidió al pastor que la perdonara [por pedirles que se fueran] y también que orara por mi hermano, que es alcohólico”, dijo Fadila.

“El pastor oró por mi hermano. Se sentó en el suelo a los pies del pastor y lloró. Prometió que dejaría todos sus malos hábitos. Confesó sus pecados. Aceptó a Jesucristo como su Señor y Salvador, y vimos un indecible alegría y paz en su rostro”, dijo la mujer.

Los pastores dijeron que eran parte del ministerio Bibles4mideast. El hombre que oró por su madre reveló que era un cristiano convertido del Islam. Compartió su testimonio y entregó el mensaje del Evangelio.

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Afirmó que Jesucristo fue crucificado, murió y resucitó de entre los muertos por todos nuestros pecados para darnos vida eterna. “Mi madre dijo que creía. Yo también declaré mi fe en Jesús. Mis otros hermanos y hermanas también creyeron”, dijo Fadila.

Más tarde, al enterarse de lo sucedido, el padre también se convirtió. Sin embargo, la segunda esposa de su padre, su madrastra, no aceptó la noticia. “Ella amenazó con informar a las autoridades religiosas sobre nosotros”, dijo Fadila.

Incluso con los riesgos, la familia sigue convencida. “Leemos y meditamos en la Biblia todos los días. Muy en secreto, vamos a las reuniones de oración y adoración que organiza Bibles4mideast”, dijo Fadila.

Fuente: Acontecer cristiano

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