NOTICIACRISTIANA.COM.- Cuando leemos la palabra “terror”, es probable que la asociemos con películas de casas embrujadas, fantasmas de niños que salen a través de un televisor, entre tantas posibilidades que existen en el mundo del entretenimiento.
Aunque en la Biblia no aparecerá un payaso con sed de venganza, en ella encontraremos historias que pueden ser catalogadas de “terror”. Sin embargo, estos relatos no solo asombran e inspiran temor desde tiempos inmemorables, sino que tienen un profundo significado espiritual.
A diferencia de muchas historias seculares, cuya intención es, despertar una amplia gama de emociones y respuestas fisiológicas en los seres humanos, los relatos Bíblicos, son acontecimientos reales que traen promesas, esperanzas y muestras del obrar divino.
El Valle de los Huesos Secos
La historia del Valle de los Huesos Secos se encuentra en el libro de Ezequiel, un profeta que vivió durante el exilio del pueblo de Israel en Babilonia. Este periodo fue uno de los más oscuros en la historia de Israel, caracterizado por la pérdida de la patria, el templo y la independencia.
En medio de esta desesperanza, Ezequiel tiene una visión aterradora y significativa. En su visión, Dios lo lleva a un valle lleno de huesos secos y le pregunta si esos huesos pueden volver a vivir. Ezequiel, reconociendo el poder de Dios, responde que solo Él lo sabe.
Entonces, Dios le ordena profetizar sobre los huesos. Al hacerlo, los huesos comienzan a juntarse, adquieren tendones, carne y piel, y finalmente cobran vida, convirtiéndose en un gran ejército.
Esta visión bastante gráfica, no solo simboliza la capacidad de Dios para traer vida a donde antes había muerte, sino que también representa la restauración y esperanza para Israel.
La promesa de Dios es que Él abrirá las tumbas de su pueblo y los resucitará, devolviéndoles su espíritu y llevándolos de regreso a su tierra. (Ezequiel 37:1-14)
Terror por la Mano sin cuerpo
El rey Belsasar, quien gobernaba Babilonia tras la muerte de Nabucodonosor, organiza un banquete, mientras el reino estaba bajo amenaza de invasión por parte de los medos y los persas.
En medio de la celebración, el rey Belsasar profana los vasos sagrados del templo de Jerusalén, utilizándolos para beber vino y alabando a sus dioses paganos.
Esta blasfemia provoca la aparición una mano sin cuerpo que escribe un mensaje en la pared. El rey, paralizado de terror, llama a sus sabios, pero ninguno puede interpretar la escritura. Finalmente, llaman a Daniel, un judío exiliado conocido por su sabiduría, quien interpreta el mensaje como un anuncio de la caída del reino de Belsasar.
Daniel explica que la escritura significa «Mene, Mene, Tekel, Parsin», que se traduce como «Contado, contado, pesado y dividido».
Esa misma noche, Belsasar es asesinado y el reino es conquistado por los medos y los persas. Este episodio muestra el juicio divino de manera clara y directa, a través de una manifestación física y aterradora. (Daniel 5:1-31).
La Rebelión de Coré
Coré, un miembro de la tribu de Leví, junto con Datán y Abiram, de la tribu de Rubén, se rebelan contra Moisés y Aarón. Esto durante el tiempo en que los israelitas estaban en el desierto tras su salida de Egipto.
Coré logra reunir a 250 líderes de la comunidad para unirse a su rebelión, lo que representa una amenaza significativa a la autoridad de Moisés y Aarón. En respuesta, Moisés se postra rostro en tierra y pide a Dios que haga una elección clara entre él y los rebeldes.
Moisés propone una prueba: que cada grupo ofrezca incienso delante del Señor, y que Dios elija a los que le son agradables.
Dios, enfurecido por la rebelión, amenaza con destruir a toda la congregación, pero Moisés y Aarón interceden por el pueblo. Luego, Moisés advierte a la comunidad que se alejen de las tiendas de Coré, Datán y Abiram.
Una vez que la comunidad se ha alejado, Moisés declara que si los rebeldes mueren de una manera natural, entonces no es Dios quien lo ha enviado. Pero si la tierra se abre y los traga vivos, entonces sabrán que estos hombres han despreciado al Señor.
En ese momento, la tierra se abre y se traga a Coré, sus seguidores, sus familias y todas sus pertenencias. Los 250 hombres que ofrecieron incienso también son consumidos por el fuego enviado por el Señor. Este evento de terror muestra la gravedad de la desobediencia y la rebelión contra la autoridad divinamente establecida. (Números 16:1-35).
La quinta Trompeta y las Langostas del Abismo
En Apocalipsis hay varias visiones de terror y detalladas del juicio final. Esta es una de ellas:
En el libro de Apocalipsis, el sonido de la quinta trompeta marca la apertura del pozo del abismo, de donde emergen langostas demoníacas.
Estas langostas tienen el poder de atormentar a las personas que no tienen el sello de Dios en sus frentes. Los que son picados por las langostas sufren un tormento terrible durante cinco meses, un dolor comparado con la picadura de un escorpión.
Lo más espantoso es que, aunque deseen la muerte para escapar de su sufrimiento, no pueden encontrarla. La muerte huye de ellos durante este tiempo.
La descripción de las langostas causan terror. Tienen forma de caballos preparados para la batalla, con coronas de oro, caras como de hombres, cabellos como de mujeres y dientes como de leones. Sus pechos están cubiertos de corazas de hierro, y el sonido de sus alas es como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla.
Estas imágenes y descripciones vívidas simbolizan un castigo divino y la desesperación de aquellos que rechazan a Dios. (Apocalipsis 9:1-12).
Cada una de estas historias de terror, a pesar de su naturaleza, ofrece enseñanzas importantes sobre la justicia divina, el poder de Dios y la esperanza de redención y restauración.
Estas narraciones no solo sirven como advertencias, sino que también han influido en la cultura popular, desde la literatura hasta el cine y el arte.
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