NOTICIACRISTIANA.COM.- Un joven cristiano de 18 años, Waqas Salamat, fue asesinado por su jefe en Pakistán. Waqas trabajaba en una fábrica de botellas de plástico. Decidió dejar el trabajo para buscar algo mejor, pero su jefe, Haji Muhammad Saleem, no lo aceptó y comenzó a amenazar a su familia.
El 4 de junio, Saleem llamó a los padres de Waqas a la fábrica e intentó obligarlos a que Waqas volviera a trabajar. Cuando se negaron, Saleem acusó a Waqas de robo. Los padres de Waqas defendieron a su hijo, pero Saleem no escuchó. A pesar de pedir pruebas de la acusación, Saleem no presentó ninguna.
Entonces, el musulmán amenazó con arrestar al joven cristiano bajo falsos cargos de robo. Tratando de apaciguar al jefe, la madre dijo que, aunque su hijo era inocente, podía pagar a plazos el supuesto valor del robo.
Rubina se ofreció a pagar las cuotas deduciendo 7.000 rupias (25 dólares) al mes. Esto lo quitaría del salario de su otro hijo que también trabajaba en la fábrica, Awais, de 13 años. A cambio, Saleem liberaría a Salamat.
Pero el empresario islámico rechazó la oferta e insistió en que el cristiano debía volver a trabajar.
El jueves pasado, Salamat fue a una entrevista de trabajo cerca de la fábrica de su antiguo jefe. El hijo del jefe lo vio, le avisó a su padre y secuestraron a Salamat.
Los trabajadores de la fábrica y los dueños empezaron a golpear a Salamat con tubos de plástico y otros objetos. Su hermano Awais estaba allí, pero no pudo hacer nada para ayudarlo. La madre de Salamat, Rubina, relató: «Los trabajadores de la fábrica Shahzad, Bilal y Shani, y los dos propietarios comenzaron a golpear sin piedad a mi hijo con tubos de plástico y otros objetos».
Además, torturaron a Salamat con descargas eléctricas hasta que se desmayó. Entonces, el jefe le dijo a Awais que limpiara a Salamat y que corriera a casa para avisar a su familia. Rubina recordó: “Tan pronto como Awais me informó, corrí hacia la fábrica, pero mi hijo ya había sucumbido a la tortura. No podía hacer nada para salvar su vida”.
Los malhechores escaparon antes de que la policía llegara. La madre de Waqas, Rubina, tuvo que pedir dinero prestado a sus familiares para poder enterrar a su hijo debido a su difícil situación económica.
La policía logró arrestar a uno de los atacantes, pero el jefe y su hijo fueron liberados bajo fianza y están en libertad.
En Pakistán, los empleadores musulmanes a menudo explotan a los trabajadores cristianos pobres. Estos creen que no recibirán justicia debido a su falta de recursos y estatus social en el país de mayoría musulmana.
Pakistán está en el séptimo lugar en la Lista de Vigilancia Mundial 2024 de la Misión Puertas Abiertas.
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