Soy un firme convencido de que la mejor manera de recibir la Sagrada Comunión es directamente en la boca y no en la mano. Sin embargo, debo confesar que me da la calambre en los ojos cada vez que leo que alguien argumenta que es mejor recibir la Comunión en la boca porque la boca es más digna que la mano. Te explico por qué.
Preferir comulgar en la boca o en la mano no tiene absolutamente nada que ver con la dignidad de las partes del cuerpo, ya que ambas son igual de indignas. De hecho todo nuestro cuerpo es indigno. Recuerdos que antes de comulgar todos decimos «Señor, no soy digno de que entres en mi casa; pero una palabra tuya bastará para sanarme ».
No decimos «excepto que mi boca, no soy digno de …» o «excepto que mi mano, no soy digno de …». Todo nuestro cuerpo es indigno de recibir al Señor. De allí la necesidad de haber sido primero limpiados por el Sacramento de la Confesión para poder acercarnos a recibir la Santa Eucaristía.
¿Entonces por qué estoy convencido de que la mejor manera de recibir la Sagrada Comunión es directamente en la boca y no en la mano? Bueno, tengo 5 razones por las que estoy convencido de eso y ninguna de ellas tiene que ver con la dignidad de las manos o la boca.
En este otro post detallo esas razones.
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