La meta de la salvación de Dios, era edificar su morada

NOTICIACRISTIANA.COM – La obra del espíritu de Dios, es edificarnos para ser un lugar de morada de Dios. Es decir, cada uno de nosotros es la morada de Dios. Moisés y los israelitas cantaron una canción dedicada a la redención, tras cruzar el Mar Rojo y entrar por primera vez a la península del Sinaí. 

El apóstol Lucas Márquez, analiza Éxodo 15:1-18, describe que ese canto son realidades para nosotros después que somos bautizados en Cristo. Entonces, es una sombra que precisa, que las victorias merecen ser alabadas, al igual que lo hizo Israel, cuando salió victorioso de Egipto. 

“Al leer el cántico de Moisés, nos damos cuenta que la meta de la salvación de Dios, era edificar su morada. Aunque Moisés no vio la construcción del templo, en su canto pudo alabar al Señor, por su santuario y su morada. La verdadera casa de Dios, somos nosotros, tal como señala Hebreos. Sin embargo, el Diablo hace lo posible para que la casa de Dios, no sea edificada”, acotó Márquez. Leer Apocalipsis 15:2-4. 

Agrega que la meta de Dios de liberar a Israel a través del Mar Rojo, era tener una morada. Y que el apóstol Pablo, en Efesios capítulo 4, señala que fuimos llamados para edificar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. Sin embargo, nos enfrentamos a batallas que tienen que ver con la consumación de ese propósito de edificar la casa de Dios. 

Enseñanza apostólica

“Antes que se levantará el tabernáculo, Dios no tenía morada. Pero, se aseguró de su construcción, hasta ver un pueblo redimido, al pasar por las aguas del Mar Rojo, entrando a la libertad del cautiverio. Moisés, sabía que la meta de Dios, era tener un pueblo liberado del sistema del mundo e introducido en la libertad, para la construcción de su morada”, expresa Márquez.  

El apóstol describe que Moisés usó tres expresiones, en ese cántico, relacionado con la meta de Dios: la habitación, la morada y el santuario. En este sentido, apunta que las tres expresiones describen la habitación de Dios, que es el lugar donde mora, y ese lugar es el santuario. Por lo tanto, en la actualidad la iglesia es la habitación, morada y santuario de Dios. 

“El propósito del ataque del enemigo (Satanás) contra ti, es detener la edificación de la morada de Dios. El propósito central, es la edificación del cuerpo de Cristo, para que sea expresión de la meta de Dios. Entonces, esa debe ser la meta de nosotros aunque el Diablo quiera impedir el alcance de esa meta”, destaca Márquez. 

Gracia

Sin embargo, manifiesta que ante los ojos de Dios, esa meta ya se cumplió. “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”, Mateo 16:18. 

“Cuando Moisés canta, apenas pasaba el Mar Rojo. Pero, en su canto dice que nos enviará a nuestra morada, ya profetiza el monte de Sion. En Hebreos 12:22-24, Pablo describe magistralmente el monte de Sion. La enseñanza apostólica precisa que aunque estemos en la tierra nos hemos acercado al monte de Sion, que está en los cielos. El monte de Sion, las cosas son espirituales, y representa la gracia del Nuevo Pacto. Estamos bajo la libertad de la gracia para ser heredero, a la altura del monte de Sion”, exhorta Márquez.  

Leer Salmo 43:1-5; Romanos 6:14 y Gálatas 4:21-31. 

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