Libro revela la conversión de piloto japonés de Pearl Harbor

NOTICIACRISTIANA.COM.- El 07 de diciembre de 1941 Japón sorprendió a Estados Unidos con un ataque a su base militar (Pearl Harbor), en Hawái.

En la mañana de un domingo tranquilo, aviones de la Armada Imperial Japonesa provocaron graves daños a la flota del Pacífico estadounidense.

2.400 estadounidenses perdieron la vida en el ataque de Pearl Harbor, y otros miles resultaron heridos, además numerosos barcos de guerra fueron hundidos o dañados, así como cientos de aviones. La base naval quedó prácticamente destruida.

Tras el ataque, el presidente Franklin D. Roosevelt solicitó al congreso la declaración de la guerra contra Japón, y a los días tanto Alemania como Italia, aliadas de Japón, declararon la guerra a Estados Unidos.

La entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial fue determinante en la conducción de la derrota de las potencias del Eje.

En esta historia de guerra se desarrolló un importante testimonio de conversión cristiana, el piloto que dirigió el ataque japonés a Pearl Harbor más tarde llegó a Cristo.

Conversión al cristianismo tras el ataque de Pearl Harbor

El libro de T. Martin Bennett, Wounded Tiger, detalla la improbable amistad entre Mitsuo Fuchida, el piloto japonés que dirigió el mortal ataque sorpresa a Pearl Harbor, y Jake Deshazer, un piloto estadounidense que dirigió los bombardeos a Japón. También revela cómo Fuchida se convirtió al cristianismo, según lo informó Crosswalk Headlines.

«Esta es sin duda la historia histórica más extraordinaria con la que me he encontrado con respecto a la Segunda Guerra Mundial», dijo Bennett a Crosswalk Headlines.

La historia era tan extraordinaria, dijo Bennett, que se preguntó si era real.

«Pensé que si esta historia era especial, todos la sabríamos», dijo. «Bueno, es fenomenal, y no sabemos casi nada al respecto».

Cuando era joven, Fuchida «odiaba a Estados Unidos y a los estadounidenses» y fue «elegido a dedo» por el almirante japonés Isoroku Yamamoto para el ataque de Pearl Harbor, dijo Bennett.

Pero una vez que se convirtió al cristianismo, su perspectiva de la vida cambió.

«Él [antes] quería la alabanza de los hombres y la gloria de los hombres. Se dio cuenta de que buscar eso para sí mismo era ser egoísta. Se dio cuenta de que buscar la gloria de Dios era algo más grande», dijo Bennett.

Cuanto más Bennett «profundizaba en la historia», dijo, «mejor se volvía».

«Estaba en Hiroshima el día antes de que Estados Unidos lanzara la bomba atómica», dijo Bennett.»[Pero] recibe una llamada telefónica, se va y se va a otra base aérea, y al día siguiente, la ciudad es bombardeada. Su hotel está vaporizado. Debería haber muerto. No lo hace. Él [entonces] regresa [a Hiroshima]. Camina a través de los escombros radiactivos durante tres días, y luego, un mes después, todos estos tipos están muriendo, y no tiene efectos nocivos por caminar a través de estos escombros radiactivos. Y tuvo que empezar a pensar, ya sabes, ¿por qué sigo vivo? … Eso fue parte de su despertar espiritual».

Una historia de redención

La historia de Uchida es una historia de redención, dijo Bennett.

«Realmente no se trata de cómo comienzas tu vida o incluso de cómo vives tu vida. Es la forma en que terminas tu vida, y en este caso, Fuchida fue impulsado por la ambición egoísta y la ambición nacional y la conquista. Pero todo se fue al garete para ellos, y fue un desastre horrible para el pueblo japonés. Y, por supuesto, creo que gran parte del pueblo japonés fue engañado por sus funcionarios gubernamentales que atacaban agresivamente a enemigos indefensos, que en realidad no eran sus enemigos, pero [Japón] quería conquistar para tener acceso a las materias primas. Y luego, una vez que terminó la guerra, [los japoneses] se sintieron muy amargados con su gobierno por haberlos engañado.

«Se arrepintió de haber participado en la guerra porque estaba mal concebida desde el principio».

El libro incluye lecciones sobre el perdón, la amistad y el amor, dijo Bennett.

Fuchida murió en la década de 1970.

«Jesús dijo: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. Bueno, amamos a nuestra propia familia por defecto. Y creo que una vez que vemos a todas las personas como parte de tu familia, las tratas de manera diferente».

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