NOTICIACRISTIANA.COM.- El profeta Isaías predijo la llegada del Mesías en el Antiguo Testamento. Isaías 7:14 dice: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel». Mateo 1:23 explica que esto significa «Dios con nosotros».
Sin embargo, los israelitas imaginaban un Salvador que los liberaría del dominio romano, un guerrero poderoso, no un bebé colocado en un pesebre humilde.
¿Qué es un pesebre?
El diccionario Webster de 1828 define «pesebre» como un abrevadero o recipiente para alimentar a los animales. Su nombre proviene del latín y está asociado con comer o masticar.
En los tiempos bíblicos, los pesebres se ubicaban en establos y se construían con barro, paja o piedra. A menudo estaban cerca del suelo, lo que facilitaba que los animales comieran de ellos.
¿Acostó María a Jesús en un pesebre?
Lucas 2:7 relata que María dio a luz a Jesús, lo envolvió en pañales y lo colocó en un pesebre porque no había lugar en la posada.
Un pesebre, con su forma redondeada y lados inclinados, resulta funcional para sostener a un bebé. Además, los pañales amortiguaban la incomodidad del comedero.
José y María eran humildes. Ofrecieron «dos tórtolas o dos palomas» en el templo, según Lucas 2:24, lo que indica su pobreza. Paradójicamente, trajeron al mundo al «Cordero de Dios» (Juan 1:29) que quitaría los pecados del mundo.
¿Por qué es significativo el lugar del nacimiento de Jesús?
Jesús cumplió más de 300 profecías del Antiguo Testamento, incluyendo Miqueas 5:2, que predijo que el Mesías nacería en Belén.
Cuando los magos llegaron a Jerusalén, preguntaron: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?» (Mateo 2:2). Esto inquietó al rey Herodes, quien consultó a los sacerdotes y escribas. Ellos confirmaron que el lugar era Belén, citando las palabras del profeta: «De ti saldrá un Príncipe que pastoreará a mi pueblo Israel» (Mateo 2:6).
El nacimiento de Jesús en Belén no fue casualidad. Según Mateo 5:17, Él vino a cumplir la Ley y los Profetas. Este acontecimiento señala a la humanidad hacia el Salvador.
La historia de la Natividad y su importancia
La palabra «natividad» significa «nacimiento» o «venida al mundo». Los relatos de Mateo 1:18-25 y Lucas 2:1-7 describen cómo Dios orquestó el nacimiento de Jesús.
Mateo narra que María, comprometida con José, quedó embarazada por el Espíritu Santo. José, un hombre justo, pensó en divorciarse en secreto, pero un ángel le reveló la verdad en sueños. Obedeció y nombró al niño «Jesús», quien salvaría a su pueblo de sus pecados.
Lucas detalla cómo José y María viajaron desde Nazaret hasta Belén para un censo. Mientras estaban allí, nació Jesús.
Lecciones del nacimiento de Jesús
- La humildad del pesebre: Jesús llegó al mundo como un bebé humilde, fortalecido en el espíritu y la gracia de Dios (Lucas 1:80). Como Él, nacemos frágiles, pero por Su gracia, nos convertimos en hijos de Dios (Tito 3:7).
- Obediencia de José y María: María caminó largas distancias a pesar de estar embarazada, y José guió a su familia siguiendo la voluntad de Dios. Esto nos enseña que las dificultades preparan un eterno peso de gloria (2 Corintios 4:17).
- El amor de José por María: Aunque pensó en separarse de ella, decidió quedarse tras el mensaje del ángel. Este acto refleja cómo Dios guía nuestras vidas en lo sobrenatural, más allá de lo que el mundo considera normal.
- Dios obra en lo inesperado: Los judíos esperaban un libertador político, pero Dios envió un Salvador humilde en pañales. Este acto nos recuerda que Dios siempre supera nuestras expectativas.
Jesús vino manso y humilde, como un bebé en un pesebre. Aunque los judíos no reconocieron su primera venida, Su segunda será inconfundible. Filipenses 2:9-11 dice que todos reconocerán a Jesús como Señor, para la gloria de Dios Padre.
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