A través de un video en su canal de Youtube, Mons. Sergio Osvaldo Buenanueva, Obispo de San Francisco, Argentina, respondió a la campaña «Devuélvannos la Misa» mediante la cualidad de algunos jóvenes de todo el mundo, piden un obispos que controlan la restauración de Misas públicas.

«Me parece útil entrar en diálogo con este reclamo», dice el obispo argentino, «en primer lugar porque considero que es muy sincero». Mons. Osvaldo reconoció que en este pedido de los jóvenes «tiene muchos aspectos legítimos», sin embargo, consideró que el uso del término «devuélvannos la Misa ha sido poco feliz».

La razón por la que el obispo de San Francisco considera la frase desafortunada es porque «podríamos dar pie a esta decisión no solo sería incorrecta, sino que también obedecería a una voluntad no del todo recta de quitarle al pueblo de Dios algo indebidamente» .

Mons. Sergio explicando que la decisión de suspender las Misas públicas «ha sido extremadamente dolorosa para todos, para los obispos, para los sacerdotes». Sin embargo, explica que dicha decisión fue tomada por orden de las autoridades civiles.

«No hemos tomado esta decisión ni por cobardía, ni por miedo ni por falta de fe. Ha sido una decisión pastoral producto de un acto de gobierno que supone un discernimiento espiritual muy serio ». A su vez específicamente 3 preguntas que le han despertado el reclamo «Devuélvannos la Misa».

«¿Ustedes han sopesado la razón de fondo que han tenido los pastores para tomar esa decisión?», Se pregunta el obispo argentino quien explica la intención principal es «cuidar la vida de personas más vulnerables en riesgo real de contagio».

En segundo lugar «creo que tienen que ampliar la mirada y ver lo que realmente es de gracia está pasando en nuestras comunidades cristianas». Sobre este punto, el obispo pide que miremos las formas creativas de manifestar la fe en tiempos de cuarentena.

Finalmente, el obispo argentino se pregunta «¿Qué es la voluntad de Dios en estos momentos para nosotros? ¿Qué nos está pidiendo? ». Mons. Osvaldo Buenaventura cuenta que luego de un discernimiento realizado por él y otros obispos la mejor decisión fue «por ahora el culto va a seguir suspendido».