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En la Biblia, hay un versículo muy interesante que da una declaración, que todos debemos tomar en cuenta, y se encuentra en Proverbios 30:8 dice: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario.

Aunque este mundo se caracteriza por ser egoísta y codicioso, entre otros; la mayoría de las personas solo piensan en eso y creen que su felicidad depende de lo material y se aferran a eso. Es deplorable, ver la cantidad de personas que ponen su confianza solo en el dinero.

1 Timoteo 6:8-10 dice: “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.

Si nos ponemos a pensar el dinero no es malo, lo malo es el amor al dinero. En realidad, Jesús enseñó de no servir a dos señores, porque aborrecerá al uno y amará a otro. El asunto aquí no es que la riquezas es mala, porque muchos hombre de Dios fueron y son ricos; sino ser esclavo de ella, por eso la biblia habla de servir a las riquezas.

Hay personas que son tan pobre que lo único que tienen es mucho dinero, Filipenses 4:19 dice: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Amado hermano, recuerda el primer mandamiento que Dios os dio. Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. (Mateo 22:37).

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