«Expreso mi satisfacción, la de los obispos y, más en general, de la comunidad eclesial por haber llegado a compartir las líneas de un acuerdo que se mantiene, en las próximas semanas, basado en la evolución de la curva epidemiológica, reanudar la celebración de las Misas con la gente ».

Así, el Presidente de la Conferencia Episcopal italiana, Cardenal Gualtiero Bassetti, la Síntesis sobre la definición de un Protocolo preliminar, relacionado con la reanudación gradual de las celebraciones litúrgicas con la asistencia pública de fieles.

«Mi agradecimiento al Presidente del Consejo de Ministros – agrega – con quien en las últimas semanas ha tenido un diálogo continuo y fructífero. Este clima llevó a un par de días a definir las modalidades de las celebraciones del funeral, gracias sobre todo a la disponibilidad y colaboración del Ministro del Interior y el Departamento de Libertades Civiles e Inmigración ».

Al mismo tiempo, “un pensamiento de sincera gratitud me siento obligado a determinarlo al Ministro de Salud y a todo el Comité técnico científico» continúa el cardenal Bassetti «esta tormenta dramática y sin precedentes ha puesto una enorme carga sobre sus hombros».

«Como Iglesia, reconocemos, compartimos, tenemos problemas con las limitaciones, las limitaciones impuestas para proteger la salud de todos, sin ningún deseo de buscar lágrimas o atajos, ni apoyar el escape de nadie; Nos movemos con miras a la responsabilidad, especialmente para proteger a los más preocupados. En vísperas de lo que esperamos sea un renacimiento para todo el país, reitero la importancia de no bajar la guardia pero, como hemos repetido en los últimos meses, las medidas de salud son bienvenidas en el horizonte del respeto por la salud de todos, así como las indicaciones del tiempo necesario para protegerla de la mejor manera ».

“A el país”, concluye el cardenal Bassetti, “quiero asegurarle la cercanía de la Iglesia: las innumerables obras de caridad que nuestras diócesis y parroquias que han podido dar vida incluso en este período difícil son un signo y un testimonio. Esta es también una señal de la oración, incluso en nuevas formas, se ha intensificado como una intercesión para todos: las familias, los que están preocupados por el trabajo, los enfermos, los que ayudan, y por los fallecidos.