Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Para esto mismo murió Cristo, y volvió a vivir, para ser Señor tanto de los que han muerto como de los que aún viven. Romanos 14:7-9
Señor Dios, únenos con Jesucristo, el que ha resucitado y está vivo. Únenos para que nuestras vidas se sumerjan completamente en tu voluntad a través de Jesucristo. Arráncanos y líbranos de todo lo que nos amarra a la tierra. Haz de nosotros un pueblo libre que siempre levante la cabeza y mire hacia arriba, porque se acerca nuestra redención. Dios todopoderoso, por más difíciles que sean los tiempos, confiamos en ti. Acuérdate de todas las naciones, porque tu voluntad es reunirlas en tu reino. Tú, oh Dios, eres nuestro socorro y nuestro refugio. En ti confiamos hasta el final. Amén.
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