Una voz proclama: «Preparen en el desierto un camino para el Señor; enderecen en la estepa un sendero para nuestro Dios. Que se levanten todos los valles, y se allanen todos los montes y colinas; que el terreno escabroso se nivele y se alisen las quebradas. Isaías 40:3-4
Señor nuestro Dios, abre nuestros oídos y nuestros corazones, para que te escuchemos hablar y podamos seguir la voz que nos está clamando. Que seamos un pueblo que prepare el camino para ti. Concede a cada uno de nosotros la fortaleza para renunciar a todo y darnos cuenta de que: «El camino de mi corazón también debe ser allanado». La luz ahora nos está alumbrando en Cristo Jesús, y cuando escuchemos su voz encontraremos fortaleza y ayuda. La ayuda estará muy cerca de nosotros, y la poderosa mano del Señor Jesús estará con nosotros en cada necesidad. Para esto vino; podemos creer en su ayuda y la anhelamos. Escucha el anhelo más íntimo de cada uno de nosotros, y haz que seamos parte de tu pueblo, para que podamos mantener la esperanza en nuestros corazones y servirte en la tierra. Alabado sea tu nombre, oh Padre celestial, que nos has puesto en la tierra y nosotros podemos recibir fortaleza del único que lucha y es victorioso: Jesucristo. Amén.
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