El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo. Isaías 61:1-2
Señor nuestro Dios, luz de la humanidad en Cristo Jesús, llenos de alegría y confianza te pedimos acceso a tu poder omnipotente, tu poder contra toda maldad, pecado, muerte y esclavitud. Que nos sintamos cercanos a tu poder omnipotente. Escucha nuestro llanto, ya que somos y siempre seremos tus hijos, a quienes has prometido redención y liberación. Juntos nos aferramos a esta promesa y venimos ante ti diciendo: «Nosotros somos tus hijos en Jesucristo el Salvador, a quien tú has enviado a nosotros». Escúchanos a tus hijos; bendícenos a cada uno, y bendícenos como un pueblo, y permítenos servirte en medio del sufrimiento de nuestro mundo. Amén.