Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. Juan 4:23-24
Señor nuestro Dios, te damos gracias por estar entre nosotros como nuestro Padre y permitirnos ser tus hijos en la tierra. Te agradecemos que podamos encontrar vida en espíritu y en verdad como tus hijos. Concede que cada uno de nosotros descubra cómo se puede elevar nuestra vida en la tierra por medio de tu Espíritu, pues él nos puede dar lo que no poseemos, para que nuestro trabajo diario, toda nuestra lucha y sacrificio por las cosas externas de la vida, sean impregnadas de lo más alto y sublime. Tu Espíritu nos puede cuidar de caer en caminos viles y superficiales y de perdernos en experiencias mundanas efímeras, sin importar cuánto cautiven nuestra atención. Te damos gracias por todo lo que has hecho por tus hijos. Continúa ayudándonos, para servirte cada día con alegría y gratitud. Amén.
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