Ustedes son testigos de lo que hice con Egipto, y de que los he traído hacia mí como sobre alas de águila. Si ahora ustedes me son del todo obedientes, y cumplen mi pacto, serán mi propiedad exclusiva entre todas las naciones. Aunque toda la tierra me pertenece, ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Éxodo 19:4-6a
Señor, Dios y Padre nuestro, te damos gracias por toda la luz que haces brillar en la tierra para alegrar nuestros corazones. Tu luz nos muestra cómo vivir en tu creación con ojos y corazón abiertos, aceptando como niños todos tus buenos regalos. ¡Cuánto bien tú le envías a muchos corazones tristes, y cuánta fortaleza a aquellos que viven debilidad, pobreza y enfermedad! Concédenos la gracia de reconocer lo que viene de ti, que no estemos desanimados de espíritu, sino elevados una y otra vez como el vuelo de las águilas. Que aprendamos a decir en todo momento, “Sobre cuánta necesidad no ha extendido sus alas para protegernos nuestro Dios misericordioso”. Amén.