A ti, Señor, te pido ayuda; a ti te digo: «Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes». Salmo 142:5
Señor nuestro Dios, buscamos tu luz y te pedimos iluminarnos para vivir no solamente en la tierra sino en ti, el viviente eterno. Que nuestras vidas se acerquen a la eternidad, para alabanza de tu nombre, oh Padre. Que tomemos de corazón tu Palabra, para volvernos hombres y mujeres fieles y verdaderos, capaces de soportar todo en tu nombre, y permanecer en el amor que nos quieres dar. Incítanos a convertirnos en hombres y mujeres fieles y verdaderos al lado de Jesucristo nuestro Salvador, quien ha sido paciente en todas las cosas con toda la gente. Permanece con nosotros en todo momento, Señor nuestro Dios. Tú eres nuestra ayuda y nuestro refugio. Amén.
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