Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias; en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre… por honra y por deshonra, por mala y por buena fama; veraces, pero tenidos por engañadores; conocidos, pero tenidos por desconocidos; como moribundos, pero aún con vida; golpeados, pero no muertos; aparentemente tristes, pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo. 2 Corintios 6:4-5, 8-10
Amado Padre que estás en el cielo, tú siempre estás cerca de nosotros en la tierra, te damos gracias por todo el amor que infundes a nuestras vidas, para que estemos alegres, aun en toda clase de tentaciones y luchas. ¡Cuánto nos has dado y con cuánta frecuencia nos has rescatado de la aflicción! Una y otra vez has dejado que resplandezca la luz de la vida. Nos das luz, no solo en cada momento, sino también para el futuro, nos permites recibir fortaleza y seguridad en el presente, el pasado y el futuro, para la gloria de tu nombre. Amén.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto…
Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te…
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“Rvdo. Clarence L. Jordan muerto. Dirigió el Proyecto Granja Interracial”, se leía en un breve…
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero…