Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes. Filipenses 4:8-9
Amado Padre que estás en el cielo, permite que nuestros pensamientos sean llenos de todo lo que es honorable, justo, puro, amable, bueno y digno de alabanza. Queremos esperar por tu Espíritu, sin dar lugar a la ansiedad, sino mostrándonos dignos de ser tus hijos. Nosotros queremos ser tus hijos, que se elevan por encima incluso de las condiciones más difíciles y mantienen una confianza apacible, para la gloria de tu Espíritu en nosotros. Protégenos ahora y siempre con tu divina paz. Amén.
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