Hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque. La justicia morará en el desierto, y en el campo fértil habitará la rectitud. El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto. Isaías 32:15-17
Señor nuestro Dios, anhelamos tu Santo Espíritu. Oramos para que nos unas en tu Espíritu, que seamos hijos de tu Espíritu, para que gobierne en toda nuestra vida. Hay tantas cosas a nuestro alrededor, que buscan instruirnos y afirman representar la verdad, que nos llenamos de temores a menos que solo tu Espíritu nos ayude. Tu Espíritu viene como ayudador y consolador: nos ayuda a encontrar el camino a seguir. Escúchanos, somos tus hijos, a quienes deseas guiar y ser nuestro Salvador por medio de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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