Pasando delante de él, proclamó: —El Señor, el Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y la cuarta generación. Éxodo 34:6-7
Amado Padre que estás en el cielo, ¡que grande es tu bondad y misericordia para todos nosotros en la tierra, que estamos sujetos al sufrimiento y la muerte! Que nuestros corazones sean fortalecidos por medio de tu bondad y mediante el poder salvador de tu naturaleza, revelado a nosotros en Cristo Jesús, nuestro Redentor. Protégenos y bendícenos esta noche. Que tu Espíritu nos ayude a encontrar omnipresente misericordia y bondad. ¡Alabado sea tu nombre eternamente! Amén.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto…
Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te…
El día de ayer, el mundo fue testigo de un hecho histórico: un nuevo acuerdo…
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“Rvdo. Clarence L. Jordan muerto. Dirigió el Proyecto Granja Interracial”, se leía en un breve…
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero…