Nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado. Efesios 1:5-6
Amado Padre que estás en el cielo, concédenos venir ante ti como tus hijos. Concédenos venir a tu Espíritu, que nazca en nosotros algo de confianza y perseverancia para nuestra vida en la tierra. Que siempre seamos fieles y llenos de esperanza, trabajando y luchando no solo por lo terrenal, sino por la misión que nos has encargado para tu reino y su justicia. Permite que una nueva luz alumbre constantemente entre nosotros. Permite que muchos entiendan tu voz cuando les hablas, para que reciban valor. Deja que se escuche tu voz, para que la grandeza del evangelio, que nos hace hijos tuyos, sea proclamada a gente de toda clase. Amén.
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