No nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según nuestras maldades. Tan grande es su amor por los que le temen como alto es el cielo sobre la tierra. Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente. Salmo 103:10-12
Señor nuestro Dios, elevamos nuestros corazones a ti, porque has dado grandes promesas a los que te temen. Que tu Palabra nos fortalezca en fe, paciencia y esperanza. Permanece con todos los que te invocan, suplicando por ayuda en nuestro tiempo. Porque estos tiempos deben servir para nuestro bien, ya que a pesar del pecado, la muerte y la maldad, podemos encontrar alegría en lo que tú estás haciendo. Te invocamos a ti, oh Señor nuestro Dios. Permite que tu mano se manifieste, que algo pueda verse además de los empeños y esfuerzos de manos humanas. Que la obra de tus manos sea visible ante muchos, en todas las naciones de la tierra. Que tu nombre sea honrado, oh Señor nuestro Dios, que venga tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Amén.