Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno. 2 Tesalonicenses 2:16-17
Señor nuestro Dios, nuestro Padre en el cielo y nuestro Padre en la tierra, nuestro Señor y Soberano, te damos gracias porque hasta el día de hoy nos has guardado, guiado y liberado de gran necesidad. Te alabamos con corazones llenos de esperanza mientras continuamos nuestro peregrinaje. Porque se acerca el día de Navidad, con su mensaje de esperanza, en el que te honramos a ti de alguna manera, a pesar de todos los obstáculos, errores y pecados, a pesar de toda muerte y el horror de la agonía. Sabemos que tú nos guardas en tus manos. Con tu ayuda podemos mirar hacia el futuro, y podemos dar una y otra vez un pequeño paso adelante y vivir para alabar y honrar tu nombre. Por eso, sé con nosotros hoy y bendícenos. Amén.