A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. Salmo 121:1-2
Señor nuestro Dios, nuestro refugio eterno, bendícenos cuando nos reunimos en tu presencia y nos volvemos a ti. Que seamos tus hijos, quienes sencillamente podemos creer y permanecer firmes en nuestras vidas y en nuestro llamamiento. Te damos gracias por darnos tu gracia y tu constante ayuda. En tu gracia podemos alegrarnos, alabando y honrándote a ti. Tú eres nuestro Padre, nunca nos abandonas. Que tu nombre sea alabado por todos nosotros. Alabado en lo alto y en el mundo entero, para que toda persona pueda reconocerte y recibir de ti lo que necesita. Amén.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto…
Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te…
El día de ayer, el mundo fue testigo de un hecho histórico: un nuevo acuerdo…
En el transcurso de este año, California ha enfrentado una de las temporadas de incendios…
“Rvdo. Clarence L. Jordan muerto. Dirigió el Proyecto Granja Interracial”, se leía en un breve…
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero…