Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. Mateo 5:3
Amado Padre que estás en el cielo, te damos gracias por querer darnos felicidad y sostener con la firmeza de tus manos nuestra vida terrenal. Que tengamos la confianza de estar bajo tu cuidado. Concédenos la luz de la fe, y que esta luz nos guíe en los asuntos materiales, y nos ayude a esperar con paciencia hasta que se abran las puertas para nosotros y podamos entrar según tu deseo. Bendícenos a todos; bendice nuestra vida. Que nos volvamos alegres y libres de corazón por medio de todo lo que nos da Cristo Jesús. Que tu obra divina y tu amor paternal nos eleven y apoyen durante toda nuestra vida, sobre el fundamento que Jesús ha establecido para nosotros. Amén.
En una reunión informativa en la Oficina de Fe de la Casa Blanca, pastores y…
Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca,…
Varios líderes religiosos influyentes de todo el país se reunieron este miércoles en la Oficina…
William Tyndale nació en una familia privilegiada en el oeste de Gloucestershire, cerca de la…
Ciudad de México.- ¿Quién no ha querido una diosa licántropa en el ardor de una…
En mi escritorio hay una mezcla de libros de teología práctica de mediados de siglo…