Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. Mateo 5:3
Amado Padre que estás en el cielo, te damos gracias por querer darnos felicidad y sostener con la firmeza de tus manos nuestra vida terrenal. Que tengamos la confianza de estar bajo tu cuidado. Concédenos la luz de la fe, y que esta luz nos guíe en los asuntos materiales, y nos ayude a esperar con paciencia hasta que se abran las puertas para nosotros y podamos entrar según tu deseo. Bendícenos a todos; bendice nuestra vida. Que nos volvamos alegres y libres de corazón por medio de todo lo que nos da Cristo Jesús. Que tu obra divina y tu amor paternal nos eleven y apoyen durante toda nuestra vida, sobre el fundamento que Jesús ha establecido para nosotros. Amén.
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