¡Ojalá rasgaras los cielos, y descendieras! ¡Las montañas temblarían ante ti, como cuando el fuego enciende la leña y hace que hierva el agua! Así darías a conocer tu nombre entre tus enemigos, y ante ti temblarían las naciones. Isaías 64:1-2
Señor nuestro Dios, tú escuchas las oraciones y clamores de tus hijos, también en nuestros tiempos. Nosotros necesitamos clamar, por la humanidad que no se ha convertido a ti, sino que todavía vive con dolor y sometida a juicio, y miles tienen que morir o padecer cosas terribles. Cada uno de ellos debería ser tuyo, todos deberían ser tus hijos. Por eso clamamos a ti: Manifiesta y glorifica tu nombre en la tierra, para que llegue un tiempo nuevo cuando tu mano haga grandes maravillas. Que tu nombre sea honrado, que venga tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Amén.
Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de…
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