Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20
Señor nuestro Dios, nosotros somos tus hijos, quienes venimos delante de ti y nos presentamos ante tu presencia. Permanece con nosotros y sé nuestra luz en todas las situaciones de la vida, en todas las dificultades y aflicciones. Sé nuestra luz como siempre lo has sido. Revela tu poder, para que el mundo te conozca, como nosotros hemos llegado a conocerte. Danos una disposición alegre para perseverar hasta que llegue tu día, porque el resplandor de tu día alumbrará en todas las tinieblas y pondrá fin a toda maldad, para gloria de tu nombre. Amén.
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