Señor, quiero alabarte de todo corazón, y cantarte salmos delante de los dioses. Quiero inclinarme hacia tu santo templo y alabar tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por sobre todas las cosas. Salmo 138:1-2
Amado Padre que estás en el cielo, te damos gracias por tu misericordia y por tu gran bondad y poder, que nos has revelado a través de los siglos y en el tiempo presente. Vivimos por tu revelación, Señor Dios Todopoderoso, porque haces maravillas en la tierra y reinas en el cielo, para que el cielo nos bendiga y nos ayude en nuestro peregrinaje terrenal. Concede que tu amorosa bondad y tu justicia puedan manifestarse a lo largo de todo el mundo. Ven, oh Señor nuestro Dios, danos tu luz a quienes creemos en ti y sé la luz de todo el mundo. Gloria a tu nombre, porque de verdad eres nuestro Padre en el cielo y en la tierra, y das seguridad a nuestra vida, en el tiempo y la eternidad. Amén.